>> From the Library of Congress in Washington D.C. [Silence] >> Georgette Dorn: Good afternoon. My name is Georgette Dorn. I'm the chief of the Hispanic Division and I thank you very much for coming to this wonderful event. And I want to thank very much his Excellency, Ambassador Carlos Pita [assumed spelling] and his cultural counselor, Carlos Ma [assumed spelling], for helping us to have this wonderful event. And I would like to recognize Ambassador Pita to say a few words. [ Applause ] >> Ambassador Carlos Pita: Bueno, yo quiero agradecer a todos los autoridades de esta institucin tan relevante a la Seora directora a la divisin hispnica de posibilidades, tener en el da de hoy a una de las personalidades y de los intelectos ms privilegiados de Uruguay, el profesor Gerardo Caetano, no es solo un historiador, que con eso sabe mucho, excepcional historiador sino que es una personalidad de referencia cuyo pensamiento poltico, histrico, cientfico es ineludible. Yo dira que la opinin de quien tenemos hoy como expositor aqu presente es una opinin ineludible de referencia de cualquiera de las actividades importantes colectivas que el Uruguay tenga que realizar. Entera la Academia Nacional de Ciencias, del Observatorio Poltico, todas las sociedades de pensamiento y disciplinas que tienen que ver con su especialidad original, lo han llevado a ser una verdadera autoridad nacional. Y sobre lo que va a hablar hoy, sin ninguna duda que les va a resultar a ustedes muy apasionante y enriquecedor, los vnculos entre el espritu republicano, puro y radical de Uruguay, con el republicanismo radical de los Estados Unidos, sus padres fundadores es un tema apasionante, muy divertido, muy provocativo, y muy estimulante, as que muchsimas gracias por recibirnos Seora directora y gracias a ustedes por acompaarnos. [Applause] >> Georgette Dorn: I'm going to be very brief because we are running out of time, but it is a great pleasure to have here Uruguay's major historian and political scientist, Gerardo Caetano, with us today. In the library we have 55 books authored by him or with him, so he's one of our most prolific authors, so I'd like to recognize Gerardo Caetano. He will speak in Spanish and the questions can be either in English or in Spanish, and when you ask questions, please state your name so we can record who you are for the camera. Thank you. >> Gerardo Caetano: Bueno, antes que nada muy buenos das. Agradezco particularmente a Georgette Dorn y al embajador Carlos Pita, las amables palabras con las que me han presentado. La verdad que me abruman, pero tratemos de que el tema, que s me parece realmente apasionante pueda cumplir las expectativas. Lo que hemos conversado es desarrollar una exposicin de unos cuarenta minutos, cuarenta y cinco minutos, y luego la parte ms interesante que son preguntas, intercambios, con ustedes. Ustedes saben que la lectura que de la modernidad hizo el liberalismo, particularmente en el siglo diecinueve; entre otras cosas tuvo impacto de opacar una gran tradicin ideolgica de la antigedad. Lo que Benjamin Constant podra decir de la libertad de los antiguos, la tradicin republicana. Eso hizo que de alguna manera durante muchsimas dcadas incluso durante muchsimas dcadas del siglo veinte, cuando se hablaba de las revoluciones de finales del siglo dieciocho y de comienzo del siglo diecinueve, las revoluciones atlnticas que de alguna manera marcaron el auge de las ideas de la modernidad y el inicio de la historia contempornea, el liberalismo, como marco ideolgico monopolizara, incluso en el relato historiogrfico, lo que haban sido esas revoluciones. Esa vieja tradicin, prestigiosa tradicin ideolgica de la antigedad haba quedado opacada. Sin embargo, como suele ocurrir, muchas veces el trabajo de los historiadores tiene fecundidad contempornea. Y expurgando las miradas sobre el pasado, se fecunda el debate ideolgico del presente. Y esto es lo que ocurri cuando hace ya algunas dcadas, historiadores muy relevantes de la escuela de Cambridge, particularmente Pocock y Skinner, hicieron una re-lectura de la matriz ideolgica de la revolucin norteamericana afirmando en profundidad el sentido republicano de esa matriz sobre todo en sus versiones ms radicales y sobre todo en la versin de aquellos autores que como Thomas Spain, fueron autores de referencia, en el contexto de las revoluciones hispanoamericanas. Esta escuela de Cambridge de hecho inscribi sus avances en una corriente contempornea que es la llamada historia conceptual. La historia conceptual es la corriente historiogrfica que trabaja sobre en los usos polticos del lenguaje. Sobre ese trnsito fascinante que va, que forma parte de un pleito poltico y un pleito ideolgico que hace de las palabras, las palabras tienen historia, las palabras son posibilidades significativas, siempre abiertas, siempre abiertas a una resignificacin a una nueva significacin; el trnsito de las palabras como posibilidades significantes a los conceptos, como significaciones siempre polismicas; es decir, siempre diversas; eso permiti y permite poder releer de otra manera aquellos documentos fundacionales de las revoluciones atlnticas. Y permite de alguna manera incorporar por ejemplo un debate que tiene una vigencia contempornea realmente extraordinaria que es el debate entre el liberalismo y el republicanismo. Es la necesidad de discernir entre las perspectivas ideolgicas y entre las concepciones de la libertad y de la poltica, propias del contexto de los debates ideolgicos de finales del siglo dieciocho y comienzos del siglo diecinueve, la necesidad del discernimiento entre estas dos tradiciones: el liberalismo y el republicanismo. Esto que fue realmente extraordinariamente importante para replantear el signo ideolgico de los padres fundadores de la revolucin norteamericana es tambin extraordinariamente importante para revisar, releer, revisitar el contexto ideolgico de las revoluciones hispanoamericanas; entre otras cosas porque siempre se ha planteado esta contradiccin clsica de las revoluciones hispanoamericanas que tendran una Espaa liberal y una Hispanoamrica republicana. Y advirtamos desde el comienzo que la polmica, el discernimiento entre estas dos familias ideolgicas del liberalismo y del republicanismo no solamente tiene que ver con un rgimen del gobierno. Cuando, como lo veremos, los pueblos orientales en la poca de Artigas hablaba de la forma del gobierno republicana, o hablaban incluso del concepto radical de libertad republicana, no solo referan a un rgimen de gobierno alternativo a la monarqua, sino que hablaban de un etosdico diferente que un da sus races en las virtudes ciudadanas de Roma; Esto, en el caso de la historia poltico Uruguaya ha tenido extraordinaria y tiene extraordinaria relevancia porque uno podra decir que en la historia Uruguaya ha habido y hay, un gran debate entre dos visiones, entre dos grandes familias ideolgicas, una la de la liberalismo individualista y la otra la del republicanismo solidarista. Y esas dos grandes familias ideolgicas, un poco empautado y pautan en buena medida el trnsito de la historia poltica del Uruguay. El liberalismo individualista que reivindica fundamentalmente el prisma de los derechos y de las libertades individuales que concibe a la libertad como la no interferencia. Que desde ese punto de vista tiene un recelo hacia la poltica, hacia un concepto potente de la ciudadana que desconfa del estado, que desconfa de la nocin del bien comn que el estado puede tener. Esta aquella famosa expresin del Constant que justamente confronta la libertad de los antiguos, la libertad republicana con la libertad de los modernos, la libertad liberal. Y en ese sentido Constant deca, 'las instituciones no tienen que buscar la felicidad de los individuos, eso es tarea de los individuos. Las instituciones, los que tienen es que funcionar con justicia'. Y esta la otra tradicin, la tradicin republicana. La tradicin republicana que reivindica un concepto de libertad no como no interferencia sino como autonoma. La libertad como autonoma del sujeto. Que por eso tiene un concepto de ciudadana muy proactivo con la idea de que el ciudadano debe tener un conjunto de virtudes y de valores que a travs de una reivindicacin del estado como un instrumento de accin pblica pueda y deba incorporar una nocin de bien comn, como una tarea que en definitiva es una tarea que define el objetivo central de la labor poltica. Son dos concepciones diferentes de la libertad, de la poltica que por otra parte impregnan de manera diferente ese sintagma, esos sintagmas que se van a dar ya fundamentalmente en la segunda mitad del siglo diecinueve que son la democracia liberal y la democracia republicana. Slo que, bueno la hegemona del relato como suele ocurrir, la hegemona del relato de los liberales llev a que la palabra liberal y que la concepcin liberal prcticamente monopolizara todo el espacio. En el siglo veinte, a comienzos del siglo veinte en el novecientos, cuando Vallistas y Herreristas en el Uruguay debatan y lideraban, bueno nuevamente el conflicto entre estas dos grandes familias ideolgicas. El Herrerismo liderando el liberalismo sensitario de matriz anglosajona, el liberalismo de Burke, con su crtica dura a la revolucin francesa. Herrera, su libro doctrinario por definicin es 'La Revolucin francesa y Sudamrica' que era un libro ferozmente crtico hacia el jacobinismo, entendido como una visin radical de la libertad. Bueno, el Vallismo lider, no el solitario ni el herrerismo, ni el vallismo, pero el vallismo lider el otro concepto de el republicanismo solidarista, afirmando desde una matriz francesa una concepcin diferente de la libertad, del estado, de la poltica. Hasta el da de hoy, ese sigue siendo un debate muy establecido y uno podra decir que hoy en occidente el debate entre liberalismo y republicanismo vuelve a tener un sentido extraordinariamente vigente. Y la idea que yo quiero proponerles es que como muchas veces hacemos o intentamos hacer, mostrando los trucos, que es como trabaja la historiador. Historiador es como un mago que invita siempre a pasar por el otro lado del espejo. Para qu? Para hacer un viaje en el tiempo y de acuerdo a ciertos trucos que muestra y tambin de acuerdo a ciertas reglas que reivindica, permitir que volvamos a hacer contemporneos de hombres que nos separan doscientos aos. Contemporneos en el sentido de poder dialogar desde el contexto de sus palabras y de sus conceptos sin imponer desde hoy el anacronismo de nuestros conceptos y de nuestras palabras. Eso, que antes el historiador haca sin mostrar los trucos hoy los tiene que hacer mostrando los trucos. A mi juicio el trabajo es ms fascinante, pero de alguna manera viene a romper una expectativa que muchas veces los auditorios cuando escuchan a los historiadores tienen, la idea de que los historiadores manejamos la verdad sobre el pasado y eso no es cierto. Los historiadores no administramos la verdad sobre el pasado, nadie administra la verdad sobre el pasado. Los historiadores lo que producimos es conocimiento crtico, hiptesis, explicaciones probables sobre el pasado, siempre provisionales, nunca definitivas; y en ese sentido, bueno, este, si alguien esperaba que les hablara desde un discurso de la verdad yo les voy a hablar desde un discurso de, bueno, de las hiptesis probables. Cules son las hiptesis que quiero trabajar con ustedes? Bueno, en primer lugar, matizar esa visin tan al uso en las ltimas dcadas de las historiografas hispanoamericanas, respecto a ese aserto que lleva decir bueno frente a una Espaa liberal, la Espaa de las Cortes de Cdiz, emergi una Hispanoamrica republicana. Bien, la primera hiptesis es que eso no es tan radicalmente as y que si uno trabaja sin anacronismos y de alguna manera con rigor, desde una perspectiva de historia conceptual sobre las trayectorias del liberalismo y del republicanismo, en el cruce del ochocientos y durante el siglo diecinueve, advertir que esa dicotoma no es tan radical, no es tan fundada. Esa es la primera hiptesis. La segunda hiptesis que no es contradictoria con esto, es que si hubo en el contexto de las revoluciones hispanoamericanas, algunos hitos republicanos, algunos momentos republicanos, algunos, este, ejercicios de republicanismo radical, uno de los mayores de ellos fue precisamente el Artiguismo. Y, la idea es trabajar, esta segunda hiptesis, como el Artiguismo en el marco de un magma ideolgico muy diverso, tuvo en su caja de herramientas ideolgica, una referencia republicano-radical muy grande, muy marcada, muy efectiva. Y por cierto aunque todava he despierte ciertos resquemores en algunos odos, los latinoamericanos de hoy no debemos leer los discursos de la revolucin como si hubieran sido uruguayos o argentinos o colombianos o peruanos porque esas construcciones en trminos de nacin no estaban disponibles, incluso las palabras cuando existan queran decir otras cosas. Por ejemplo, la palabra argentino, hay un hermoso libro de Rossen Black que se titula 'La historia de la palabra argentino'; y en los tiempos de Artigas, argentino quera decir 'habitante de Buenos Aires y de sus alrededores'. Mal por ello, alguien puede suponer, doscientos aos despus, que Artigas quiso ser argentino. Entre otras cosas, porque argentino no quera ser ningn lder confederal, porque argentino era sinnimo de Buenos Aires. Y, Artigas saba, lo supo del comienzo, que el ncleo duro de sus adversarios residan en Buenos Aires. Pero tampoco fue uruguayo. Por qu? Porque la palabra uruguayo prcticamente no existe en la documentacin de su tiempo y el Uruguay era el nombre de un ro que adems de era un nombre de origen guaran. Las identidades que fluan en su tiempo eran identidades provinciales no nacionales, y cuando hablaban de patria hablaban de un concepto distinto al que hoy nosotros tenemos, lo mismo de cuando hablaban de soberana, cuando hablan de soberana y es un concepto muy importante en la perspectiva Artiguista cuando dice tantas veces la soberana particular de los pueblos ser el objeto mximo de nuestra revolucin. Soberana se entenda como libertad. Y all estaba un principio clave que es el principio definitorio del Artiguismo que es la libertad republicana. Los uruguayos hicieron legtimamente, como lo han hecho todas las sociedades, todos los estados nacionales formados 'a posteriori' de las fraguas revolucionarias, hicieron argentinos, brasileos, uruguayos, nosotros hemos hecho legtimamente uruguayo a Artigas y lo hemos hecho, lo hemos construido en un relato que lo define como el padre de nuestra nacionalidad en un pas en donde la nacin es la repblica. Nuestra idea de nacin es siempre la adhesin a un conjunto de valores republicanos. Nosotros no hablamos del presidente de la nacin. Nosotros hablamos del presidente de la repblica. Nuestro banco no es el banco de la nacin, es el banco de la repblica. Y la nocin republicana es una nocin que nosotros hemos elegido cuando digo nosotros estoy hablando de los uruguayos, y tiene mucho que ver con el reconocimiento de Artigas como, bueno alguien que no fue uruguayo pero sin cuyo concurso no hubiera existido el Uruguay y que en ese sentido puede ser relatado como el primer precursor, el padre de la nacionalidad siempre y cuando entendamos que la nacin para nosotros es la repblica. Y esto, obviamente en un auditorio norteamericano, en Washington, en un pas en donde los padres fundadores de la revolucin y de su cultura poltica de una manera tan radical y estoy hablando de Thomas Paine, que era mucho ms importante que Rousseau es la lectura de los revolucionarios y particularmente es la lectura de los artiguistas. Thomas Paine y su Common Sense fue mucho ms relevante que la lectura muy indirecta y fragmentada del contrato social. Entonces, sta idea de un pas que construye su relato nacional, muchas dcadas despus y que elige como a su hroe fundador a un republicano radical. Tal vez, el ejemplo hispanoamericano del republicanismo ms radical, y lo vamos a ver cuando veamos justamente el documento fundacional que hace doscientos aos lo proyecta como la definicin poltica de la revolucin, las instrucciones del ao trece, veremos hasta que punto esa eleccin es una eleccin con un sentido de contemporaneidad enorme, gigantesco, que de alguna manera nos lleva bueno, como ocurri con Skinner y Pocock en que la re-lectura del pasado tiene una proyeccin de debate contemporneo, enorme que son los legados ms relevantes. Cuando uno trabaja esta primera hiptesis respecto a bueno una Espaa liberal frente a una Hispanoamrica republicana para confrontar esa hiptesis hay que hacer esa historia de las palabras y de los conceptos y entonces buscar historizar en los discursos esta idea de bueno, qu quera decir cmo emergieron, cmo fueron cambiando por qu polemizaron estas palabras entre s. Una revolucin entre otras muchas cosas es el desorden de las palabras. Es una suerte de gran desorden de las palabras que disputan conceptos. Por ejemplo, si uno ve la palabra democracia, democracia en 1800 es prcticamente una palabra maldita. Porque, Porque democracia holea a Aristteles era una palabra vieja, era una palabra arcaica. Prefera a la teora de los regmenes de gobierno de las formas de gobierno aristotlicas. Pero al mismo tiempo estaba cargada de la connotacin tambin maldita del perodo ms radical de la revolucin francesa del perodo Jacobino. Entonces, cuando aparece la palabra democracia, o jacobino, aparece como expresin de un gobierno, imposible, anacrnico, antiguo, y como el gobierno directo del pueblo. Por eso es una palabra que prcticamente no aparece. Cuando trabajamos en la palabra liberal, nos encontramos con que la palabra liberal y todas sus palabras conexas no constituyen, a finales del siglo dieciocho y comienzos del siglo diecinueve un concepto poltico fundamental. Incluso muchas veces esa palabra aparece el concepto de liberalidad y all tenemos un flujo muy cambiante y abierto en donde como se ha dicho bien lo que hay que reconstruir es la trayectoria de ideas de libertad, que muy cardidamente y aqu s primero en trminos de densidad poltica en Hispanoamrica adquieren carcter poltico cuando comienzan a referir partidos liberales, cuando comienzan a referir conceptos con proyeccin poltica del sentido de libertad. La que s era una palabra sumamente utilizada era la palabra repblica que por otra parte siempre apareca articulada con la nocin del Roma incluso la nueva Roma. Las virtudes neoromanas, la idea del ciudadano y all, se encubra en esa suerte de historia alternativa, diferente de palabras, bueno, un gran debate que emerga entonces y que prevalecera ya bastante transitado el siglo, a parte del triunfo dentro de esas palabras, de la palabra liberal. La cada de la palabra repblica adscripta a una forma de gobierno diferente a la repblica y el comienzo de la transformacin de una palabra maldita como era democracia a una palabra que los contemporneos, hispanoamericanos llamaron una palabra hipcrita que podra decir muchas cosas y que por eso siempre necesitaba adjetivos. Una palabra que necesita adjetivos es una palabra que de alguna manera tiene una polisemia peligrosa, la palabra democracia la tena y cul era esa polisemia peligrosa? Bueno, la polisemia peligrosa era que la palabra democracia se vinculara con esas vertientes republicano-radicales, que de alguna manera podan llevar a la nocin de la democracia como un gobierno del pueblo. All tambin, incluso se separaba la concepcin de pueblo y de plebe que eran diferentes. Y all, incluso en la versin de los lderes confederales del ro de la Plata, la atencin entre confederacin y federacin era una atencin importante. Artigas era un lder confederal y muchas veces la adscripcin de sus ideas a una perspectiva federal lleva a equvocos muy importantes, muy importantes; y lo veremos porque eso marca una referencia importantsima de la influencia de la matriz norteamericana. La visin claramente confederal de Artigas. En ese sentido, uno con qu se encuentra? y se encuentra que en ese trnsito, en ese pleito ideolgico entre palabras, prevalece la palabra liberal sobre la palabra repblica, y esa prevalencia ideolgica llev a que el sintagma prevaleciente respecto a cmo se legitimaba una forma de gobierno mixta que tuviera un componente democrtico, articul el sintagma que tiende a consolidarse en el siglo veinte pero que ya en la segunda mitad del siglo diecinueve prevalece claramente que es el concepto de democracia liberal. Para que esa visin de la democracia liberal predominara, haba que opacar o borrar la otra tradicin de la libertad de los antiguos, la tradicin republicana y la mejor forma de hacerlo era reducir la percepcin de la palabra repblica, republicano a definir un rgimen de gobierno alternativo al rgimen monrquico. Nosotros vamos a ver como en tiempos del Artiguismo y en tiempos de los padres fundadores de la revolucin norteamericana, el concepto de repblica tena una proyeccin muchsimo mayor. No era slo un rgimen de gobierno alternativo a la monarqua. Refera a un acto cvico en donde haba una concepcin diferente de la libertad, haba una concepcin diferente de la poltica, haba una concepcin potente del ser ciudadano, lo cual de alguna manera estaba definiendo el gran debate ideolgico de su tiempo. Ustedes saben que una lectura que nos lleve a suponer que las revoluciones hispanoamericanas fue una lucha entre patriotas y godos, es una lectura extraordinariamente simplificadora, extraordinariamente simplificadora. Entre otras cosas porque los patriotas, como veremos, estaban divididos y dentro de la revolucin hubo muchas revoluciones y dentro de la revolucin haba, no era un cuerpo homogneo, no era un paquete cerrado sino como ha dicho John Lynch en su libro clsico sobre las revoluciones hispanoamericanas, hay una revolucin popular que fue derrotada cuyas mximas expresiones son el Artiguismo al sur y la primera etapa de la revolucin mexicana al norte, la etapa de Hidalgo y Morelos. Es la revolucin popular derrotada. Hay una contra-revolucin que amag y aterroriz pero que finalmente tambin fue derrotada y hay una prevalencia que finalmente fue la que triunf en toda Hispanoamrica que l denomina la revolucin conservadora. La revolucin que rompa el pacto colonial con Espaa pero que no incorporaba, sobre todo en aquellos lugares en donde haba estado este experimento republicano radical no incorporaba las transformaciones polticas y las transformaciones sociales que devenan de esa visin de la libertad republicana. Por otra parte, cuando uno contrasta esta tensin entre republicanismo y liberalismo bajo la visin maniquea simplificadora de la Espaa liberal y de la Hispanoamrica republicana. Bueno, a modo que, a poco que uno comienza a avanzar en esta historia conceptual se encuentra que las diferencias no son tan radicales y que en realidad en Hispanoamrica y sobre todo en el conjunto de las revoluciones hispanoamericanas, la matriz republicana es la perspectiva abarcadora de lo que quera decir la palabra y el concepto de repblica, no prevalecieron; simplemente hubo algunos hitos que fueron republicanos y que lo fueron de una manera muy radical pero que no prosperaron. Si la historia de ese trnsito de las palabras a los conceptos tiende a reducir esta simplificacin tan genealizada de confrontar la Espaa liberal frente a la Hispanoamrica republicana. Interesa mucho revisitar algunos hitos de esa revolucin hispanoamericana que tuvieron el perfil efectivamente de un republicanismo radical y el Artiguismo lo tuvo y tal vez all estuvo el origen de su derrota total. Y advertiremos el por qu de lo que decimos. En primer lugar, toda la historiografa, o buena parte de la historiografa uruguaya comete el error de adscribir o de hacer sinnimo como tantas veces ocurre con los hroes fundacionales Artigas es la revolucin; estudia en forma muy pormenorizada qu hace, qu no hace, qu deja de hacer Artigas, pero no estudia su contexto y sobre todo no estudia a su pueblo. Primera advertencia; Si esto nunca es una va correcta mucho menos lo es en el caso del Artiguismo de Artigas por qu, bueno, porque Artigas desde una visin muy republicana, Artigas es un conductor conducido, es alguien que ejerce el liderazgo en la perspectiva de alguien que conduce pero que tambin baja su pretensin de imposicin de sus ideas frente a la expresin soberana de quin concentra de alguna manera el objeto de libertad que es el pueblo y sobre todo en el caso artiguista los pueblos. Por eso, cuando Artigas define el objeto mximo de la revolucin como la soberana particular de los pueblos, lo que est diciendo es la libertad individual proyecta, se proyecta en toda su extensin imaginable como dir el artculo tres de las instrucciones, en el marco de la soberana libertad particular de los pueblos en plural como marco de una concepcin de vida poltica clara. Artigas que recordmoslo, inicia su adhesin a la revolucin a una edad provecta. Artigas cuando adhiere a la revolucin tiene cuarenta y seis, cuarenta y siete aos, la misma edad que tena Bolvar cuando muere. Artigas adhiere a la revolucin siendo ya un hombre que tiene atrs de s, bueno una larga vida. Y muy curioso como en l vieron an antes de desatarse la admirable alarma, como l va a definir la revolucin y los espaolistas, los muy fieles de Montevideo y los Jacobinos revolucionarios de la junta de Mayo vieron al hombre clave de la campaa oriental. Jos de Salazar el jefe de la apostadero naval de Montevideo deca 'Artigas es el coquito de la campana', el coquito quera decir el caudillo de la campana y Mariano Moreno en su plan de operaciones dice all donde vaya Artigas, all ir la campaa, all irn los pueblos orientales. Artigas adhiere a la revolucin y adhiere como actan polticamente las personas que ya tienen una vida muy densa atrs. Adhiere sin retorno y en esa adhesin sin retorno, va a identificarse con la visin de los pueblos orientales de una manera muy radical. Va a adscribir una proyeccin de ideas en donde es muy importante hacer una buena historia de ideas. Siempre se trata de hacer la historia de las influencias como si Artigas fuera un doctrinario o como si Bolvar fuera un doctrinario. Sabemos que Artigas tuvo lecturas seguramente muy fragmentaria de Paine y de Rousseau. Pero Artigas estaba rodeado de un conjunto como siempre ocurre de un conjunto de dirigentes polticos. Muchos de ellos con pretensin doctrinaria. Entonces, es muy importante advertir no solamente la influencia y sobre todo la influencia indirecta de las lecturas sino tambin buscar la forma en que los hombres en determinada momento utilizan las ideas disponibles para marcar un rumbo. La fuerza poltica de las ideas en ese sentido uno puede encontrar en el Artiguismo un magma ideolgico muy importante. All est lo que la poca se llama la Antigua Constitucin. Qu es la antigua constitucin? Y bueno, son los textos de las reglamentaciones Borbnicas, son los textos de las instrucciones de los ilustrados espaoles. Son los textos de buena parte de las ordenanzas reformadas del siglo dieciocho. All est la influencia de Asara en Artigas. Un ilustrado espaol que por otra parte marc a fuego las ideas, la visin de Artigas en su perspectiva poltica. Pero tambin Artigas era el hombre de una sociedad y cristiandad. Y entonces una, sus dos secretarios eran sacerdotes. Barreiro y Monterroso. Muchas veces uno lo que encuentra en sus textos son fragmentos textuales de cartas de San Pablo, o encuentra tambin fragmentos textuales de constituciones de las constituciones federales norteamericanas o tambin fragmentos textuales de decretos del perodo ms radical de la revolucin. Decretos del ventoso. Entonces, cuando uno de ese magma ideolgico ms que buscar las influencias como si unos estuviera estudiando un doctrinario lo que tiene que hacer es juntar los textos con los contextos y tratar de hurgar en el pleito por los conceptos que es el pleito por los sentidos comunes, el pleito de la poltica, el pleito de las ideas proyectado al campo poltico. Y all claramente nos vemos a una figura muy pragmtica pero muy radical. Se puede ser pragmtico y radical al mismo tiempo? Se puede. Artigas es un buen ejemplo. Es un pragmtico en el sentido de ser un conductor conducido de disponer de la caja de herramientas de las ideas de su tiempo y de ir como en un puzle armando un rumbo. Y al mismo tiempo es un radical en el sentido de que ese rumbo con esa manera de hacer la poltica tan pragmtica, tan poco doctrinaria, marca un destino muy sealado y el anlisis de ste programa poltico de la revolucin que son las instrucciones del ao trece lo refiere de manera muy clara. Qu son las instrucciones del ao trece? Bueno, como todos ustedes saben, la revolucin de mayo se inicia bajo, como todos los movimientos revolucionarios y iniciales en Hispanoamrica, bajo una gran confusin de objetivos. Hay muchos que hablan de la fidelidad Fernando VII. La mscara de Fernando VII. Pero ya tres aos despus, bueno, esas ambigedades se han restringido. No es que hayan dejado de existir y vamos a ver que la convocatoria a una asamblea general constituyente en Buenos Aires, llevada adelante por el gobierno de Buenos Aires que quera re-editar, reconstruir el antiguo virreinato bajo una pauta, este, de reformulacin poltica. Bueno, era un momento constituyente. El objetivo, fracasado, era general una constitucin. All Artigas desobedeciendo, Artigas es muy poco obediente se autoconvoca, autoconvoca a un sujeto no reconocido por Buenos Aires como era la provincia oriental. Desborda las reglamentaciones electorales que haba tratado de imponer el centralismo porteo justamente para menoscabar la pretensin de las provincias antiporteas y convoca a todos los pueblos orientales para que eligen a sus representantes. Y los convoca a lo que era su cuartel general en Tres Cruces en Montevideo. All en el acto del inicio del congreso, de alguna manera hace la praxis de su visin de la revolucin. Estas palabras en donde los representantes de los pueblos orientales escuchan de su jefe al que haban declarado jefe de los orientales dos aos antes 'mi autoridad emana de vosotros y cesa ante vuestra presencia soberana nuevamente'. Soberano quiere decir libre. Qu significa? Que bueno, que Artigas no va a imponer lo que hay que hacer. Artigas convoca a los representantes de los pueblos orientales y les transfiere la libertad. Es decir la autonoma, el poder de elegir. Obviamente, no deja de marcar su posicin. Cul es su posicin? Que el reconocimiento de la asamblea general constituyente tiene que ser por pacto recproco, otra idea republicana. La idea del pacto como el que construye la poltica y la poltica como el escenario desde donde se construyen los derechos. Tanto individuales como colectivos. No la idea del liberalismo en donde, bueno, los derechos afincan al individuo y preceden a la poltica; la poltica lo que hace es simplemente reconocerlos, No; la idea del pacto y la idea del pacto recproco en donde desde una perspectiva soberana se construyen los derechos desde ese acto eminentemente poltico. Y a partir de all los representantes de los pueblos orientales debaten, aceptan el reconocimiento por pacto, propuesto por Artigas y elaboran veinte instrucciones. Veinte instrucciones. La idea de instrucciones era una idea muy tpica en la poca. Es una idea muy tpica porque, porque exista, y esto exista desde las tradiciones hispnicas, la idea de que el representante de un colectivo no actuaba por s, o como individuo sino que actuaba mandatado por quien lo haba elegido. Una concepcin de mandato imperativo, encubierto, en donde ste, all a pesar de que esto tambin es republicano, la influencia vena de la vieja del antiguo constitucin. Las instrucciones era algo muy clsico en Hispanoamrica hacia 1813. Era justamente el mandato de los representantes para defender determinadas posiciones en un cuerpo ms expandido. Lo singular de las instrucciones de artiguistas no son que existan. Lo singular son su contenido. Es un contenido extraordinariamente radical para su tiempo. No es un contenido singular. Vamos a ver que hay muchos artculos que tienen fragmentos copiados de las constituciones norteamericanas. Hay otros fragmentos en donde hay visiones que uno podra decir, bueno, recogen este, la herencia de la tradicin foral hispnica. Lo singular es la visin poltica de conjunto que emerge de las instrucciones y su radicalidad, su horizonte, su rumbo. Cules son esas instrucciones que los diputados orientales van a defender en la asamblea general constituyente y va a hacer razn de su rechazo. Advirtamos de paso los diputados son seis. Cinco curas y un blandengue. Blandengue, su nombre siempre es causa de risa, un batalln que se llama Blandengue es un poco, un contrasentido, pero un blandengue, nuevamente la historia de las palabras viene de blandir. No viene de blando. Viene de blandir la espada. Entonces era perfectamente legtimo que hubiera un cuerpo de blandengues. Este, no es, no era un nombre muy heroico sino era a partir de esa concepcin. Este, y aqu tambin se ve la visin del liderazgo de Artigas, Artigas no hubiera nombrado cinco curas y un blandengue. Hubiera nombrado seguramente cinco blandengues y una cura, pero ha transferido la soberana, la libertad de eleccin a los representantes de los pueblos orientales y las instrucciones afirman bsicamente tres ideas claves. La primera idea, la independencia absoluta. Y este es un concepto que aparece en forma reiterada pero aparece siempre en trminos polmicos. Reivindicar la independencia absoluta de estas colonias absolviendo de esta manera toda obligacin de fidelidad a la corona de Espaa y familia de los Borbones. Vena a romper, bueno, algo que no era tan sencillo de romper. Ustedes no se imaginan la fortaleza que tena la imagen del rey, la imagen de la corona. El principio de la retroversin de la soberana ante la vacancia de la corona, era un principio que no vena a cuestionar la figura del rey. Bueno, mientras el rey, mientras no hubiera rey, la soberana que radicaba en el monarca, retroverta a los pueblos ese va a hacer el fondo de la revolucionaria en toda Hispanoamrica. Pero romper con esa idea y afirmar contra la visin monrquica esta idea de independencia absoluta vena a romper no solamente contra una nocin ideolgica del poder sino vena a romper con un conjunto de smbolos extraordinario vinculados con esa nocin de irrefutabilidad de un poder dado. Nada lo expresa mejor que cuando se inicia la invasin portuguesa, Artigas ordena a su representante directo en Montevideo, que es nada menos que Barreiro su secretario, que derribe las murallas. Recordemos, Montevideo era una ciudad amurallada, una de las ciudades amuralladas ms fuertes de todo el imperio hispnico; romper las murallas en el marco de una guerra desesperada, Era un smbolo de ruptura irreversible contra el poder monrquico. Y Barreiro, que tambin era un radical, no se anima. Y no destruye las murallas. Las murallas van a ser destruidas a posteriori. Incluso a posteriori de la revolucin. Independencia absoluta era tambin, bueno una reivindicacin que no podan aceptar muchas figuras de asamblea general constituyente que todava estaban buscando en momentos en que sonaba muy radicalmente la idea de la expedicin reconquistadora de Murillo. Bueno, estaban buscando reformular una pauta de autonoma en el marco de un imperio liberal bajo la matriz de la constitucin de Cdiz. Dependencia absoluta. En segundo, la segunda idea, repblica y libertad republicana. Y aqu est el ncleo, el cerno. Repblica. Y all est la instruccin nmero veinte. Como rgimen de gobierno pero como un rgimen de gobierno que tiene un objetivo de bien comn que debe asegurar la libertad, la igualdad y la seguridad traduccin de la palabra fraternidad. Cuando uno habla de la triloga mstica de la revolucin francesa en la poca, la palabra fraternidad que nos olvidamos era la palabra ms radical, ms radical an que la palabra igualdad. Hay un, el gran idelogo conservador de todos los tiempos en Uruguay, un eminente jurista como Jos Uretagollena, el da que entr en la academia nacional de letras hizo un gran discurso que habla sobre este debate entre republicanismo y liberalismo y el discurso tiene un ttulo maravilloso que es 'Los peligros de la fraternidad' en donde dice 'el problema no es la libertad, tampoco es la igualdad que debe ser concebida como la igual libertad, el problema es la fraternidad. La fraternidad como solidaridad puede desbordar los marcos tolerables de la democracia. Puede llevar a radicalizar la vida democrtica en un sentido que no queremos'. Este, esa visin contraria a la visin de la repblica como un acto cvico, bueno, es lo que llev a los poderosos de los tiempos de Artigas a enfrentar las instrucciones porque en las instrucciones tambin estaba por ejemplo, el artculo tercero, 'promover la libertad civil y religiosa en toda su extensin imaginable'. Esta afirmacin en toda su extensin imaginable tiene una proyeccin de profundidad muy marcada, incluso a propsito de la libertad religiosa. Bueno, ha habido un debate que hasta el da de hoy dura. Hay muchos que afirman que en consonancia con la perspectiva republicana norteamericana estaba reivindicando la libertad de cultos. La mayora de los historiadores tienden a recelar esta visin. Y tienen a plantear que en realidad lo que estaba reivindicando en esa asociacin de la palabra libertad y soberana, estaba reivindicando la independencia de la dicesis de la provincia oriental de su subordinacin a la dicesis de Buenos Aires, ah las instrucciones eran manuscritas en las instrucciones de Santo Domingo de Soriano, en la, cuando se copia la instruccin nmero tercera se dice 'se promover la libertad civil y religiosa en toda su extensin imaginable, la religin catlica es la religin del estado'. Y adems, entre los diputados haba cinco sacerdotes. Polmica, aun hoy estn quienes interpretan esto como una reivindicacin de la libertad de cultos, y estn quienes la reivindican como una soberana eclesistica. Pero vean ustedes los artculos IV, V y VI. Artculo IV, como el objeto y fin del gobierno debe ser conservar la igualdad, libertad y seguridad, fraternidad, solidaridad de los ciudadanos y los pueblos, esta idea de dos circuitos que son uno, que es la libertad individual de los ciudadanos y la soberana particular, la libertad particular de los pueblos; ciudadanos y pueblos, y el artculo V y VI, que era tanto el gobierno supremo de la nacin como el gobierno provincial, debern dividirse en poder ejecutivo, legislativo y judicial, estos tres resortes jams podrn estar unidos entre s y sern independientes en todas su facultades. Lo cual no era solamente la divisin de poder sino era la radicalidad de que estos poderes no podan limitarse unos a otros. Y luego, la instruccin nmero 18, que proviniendo de un jefe militar, era una instruccin extraordinariamente radical, yo recuerdo que esta instruccin, ustedes saben, en la dictadura uruguaya, como suele ocurrir en las dictaduras, la referencia a los acontecimientos, de la independencia, trato de ser utilizada, como suele ocurrir con la referencia de los hroes fundacionales; y all se inaugur el mausoleo de Artigas. El mausoleo de Artigas en su proyecto originario, como todo mausoleo, incorporaba fechas relevantes, acontecimientos relevantes e ideas relevantes y Artigas son sus ideas, Artigas no fue un gran militar, Artigas no fue un hombre que de alguna manera marcara como Bolvar, el destino de Amrica, Artigas es un hombre de una comarca chica, y es un hombre cuyo destaque son sus ideas, consustanciado con el pueblo. Entonces los militares qu hicieron, yo creo que con sensatez y con prudencia, sacaron las ideas. Quedaron, hasta el ao pasado en que la democracia tardamente recuper el mausoleo para las ideas, dejaron, en toda una concepcin de la historia, los acontecimientos y las fechas. Claro, yo entiendo, por ejemplo los militares no podan incorporar, estaba prohibido tcitamente en la enseanza de primaria la instruccin nmero 18, que en todos aquellos aos aprendimos de memoria, que no necesito leer el despotismo militar ser precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable el derecho de los pueblos; claro, no podan ponerlo en el mausoleo, no podan poner la precisin del yi la cuestin es solo entre la libertad y el despotismo, no podan poner la mxima que inspiraba el ideario social del reglamento agrario de 1815, que los ms infelices sean los ms privilegiados. No podan advertir este principio de la libertad civil y religiosa en toda su extensin imaginable. La democracia uruguaya, con el respaldo de todos los partidos, ha incorporado desde el ao pasado estas ideas en el mausoleo, y hoy estn esas ideas, no pudieron estar en una dictadura. Esta visin de la libertad republicana de una libertad proactiva vinculada con un bien comn, vinculada con un ideal de construccin colectiva perdurable. Y finalmente, la tercera idea, independencia absoluta, repblica y libertad republicana, la tercera idea es confederacin no federacin, confederacin, la idea de confederacin que esta expresada en mltiples instrucciones no admitir otro sistema que el de la confederacin para el pacto recproco con las provincias que formen nuestro estado, cada provincia retiene su soberana, libertad e independencia. Todo poder jurisdiccin y derecho que no es delegado expresamente por la confederacin a las provincias unidas juntas en congreso que precisa e indispensablemente sea fuera de Buenos Aires donde resida el sitio del gobierno de las provincias unidas. Era un pacto confederal, un pacto recproco confederal. Era de alguna manera el rechazo, que Artigas reiterara una y otra vez de conformar un estado nacional separado en lo que era la provincia oriental pero era el vnculo bajo un pacto recproco con reglas confederales de todas las provincias, en donde, bueno, cada una de las provincias preservara su soberana su libertad, la visin del poder, el poder, la autonoma, el poder como autonoma, el poder como libertad; y en ese sentido, eso que vala para los individuos, tambin vala para las provincias y tambin vala para los pueblos, la soberana particular de los pueblos. Por supuesto, con estas ideas, los diputados Artiguistas, an cuando hubiera cinco curas, fueron rechazados, no fueron aceptados, y cuando uno busca las races de su rechazo, no cabe duda que las races de su rechazo tiene que ver con el contenido, con el contenido que hace de este programa poltico de la revolucin. Bueno, uno de los hitos del republicanismo radical ms sealados en el contexto de las revoluciones hispanoamericanas, por cierto, el hito poltico programtico de una revolucin popular derrotada. Artigas va a ser derrotado con la segunda invasin portuguesa, pero va a ser derrotado tambin por quienes fueron sus aliados. Recordemos porque la historia nacionalista ha tergiversado los hechos. Artigas cuando es derrotado en Tacuarembo por los portugueses y se va del territorio de la provincia oriental, no se va a exiliar, va a lo que l llamaba el centro de sus recursos y va a asociarse con las otras provincias de pauta confederal para seguir la lucha, y ah se encuentra con que dos de las provincias ms importantes de la liga federal de la que era protector, protector de los pueblos libres, en plural, se han asociado con Buenos Aires y Artigas all termina enfrentando al tratado del pilar, a las tres provincias ms importantes, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ros, contra las provincias pobres. Por Misiones firm un indio, el pacto de valos, es nuevamente derrotado y ah en medio de la persecucin, Artigas se va al Paraguay no se va a exiliar, no se va en un ostracismo, se va a buscar la convocatoria al Paraguay que hizo una convocatoria permanente, no solamente de Artigas si no de buena parte del todo siglo XIX, la convocatoria al otro pueblo frontera en la cuenca del Ro de la Plata, lmite entre los dominios portugueses y los dominios hispnicos, para confrontar una revolucin distinta, lo que Tulio [inaudible] ha llamado La Otra Revolucin, y all el dictador Francia, totalmente convencido en la conviccin que terminara trgicamente, de que la nica manera de preservar la libertad del Paraguay era a travs del aislacionismo, le dice que puede entrar l solo, pero tiene que dejar todo, y Artigas ah s termina, despus vendrn esos treinta aos de vida casi opacada, Artigas deja todo su ejrcito y se interna en un lugar a casi cuatrocientos kilmetros de Asuncin Curuhuat, el fin de los tiempos, fin del mundo. Cuando Francia muere en 1840, Artigas tena ya 76 aos, era un viejo, muy viejo para la poca, en la poca esa edad era una edad muy grande, en medio de la conmocin de la muerte del supremo, qu es lo primero que hacen sus epgonos? ponen preso a Artigas, porque estaba su leyenda, estaba la leyenda del hroe radical, del mariscal de los desarrapados, del anarquista. Artigas va a morir en 1850, pero el Artigismo sigui. Miren lo que en 1825 el cnsul britnico en Montevideo Samuel Tehud va a decir en un informe a sus superiores en Londres, fantstico en donde describe los partidos orientales. Dice est el partido de los nostlgicos, los que quieren volver a Espaa, es un partido sin futuro; est el partido de los imperiales, los que quieren la asociacin con el imperio portugus que ya se ha convertido a partir del 22 y del 24, en el caso de la provincia Cisplatina en el partido del imperio del Brasil; esta el partido de los indiferentes, ese partido le da igual quien gobierne con tal que sus intereses no sean tocados, ese es el partido que ha durado ms y que seguramente durar ms, pero despus dice, y est el partido de los patriotas pero este est divido. Y miren como refiere el cnsul britnico en 1825 la divisin de los patriotas. Los patriotas son en su mayora partidarios de Artigas, con un sistema que busca la total independencia de todos los otros pases. Una destruccin o divisin de posesiones y propiedades y la igualdad sobre la base de hacer a todos igualmente pobres. Son de ndole haragana licenciosa y vagabunda y estn apegadas a una vida militar. Pero por suerte, dice Hood, estn los otros patriotas, la mejor clase, habitantes de las ciudades, rechazan todo lo que traiga el recuerdo de Artigas como smbolo de la anarqua y descreen la independencia, por qu, porque creen que la independencia, la soberana particular de los pueblos, volver a traer la anarqua Artiguista, por eso lo que quieren es la asociacin con Buenos Aires Entonces y termino eh, afino en primer lugar que esa tensin entre el liberalismo y republicanismo que es una tensin extraordinariamente vigente pero que fue de alguna manera borrada en la historia de las revoluciones atlnticos por ese relato liberal hegemnico que durante tanto tiempo opac incluso la visin de grandes revoluciones como las norteamericana, bueno, uno se hace revisitar la historia. En toda revisita uno tiene siempre la tentacin que los historiadores debemos de confrontar, la tentacin de re-ordenar el pasado de acuerdo a las pautas de nuestro presente, y las pautas de nuestro presente podran, de alguna manera, alentar esta contradiccin entre la Espaa liberal y la Hispanoamrica republicana, pero las reglas del oficio, el rigor de este oficio ya varias veces milenario, que es lo que seala, bueno, que esa contradiccin es simplificadora, y sin embargo, eso no quita el hecho de registrar momentos, momentos que fueron, y es importante establecerlo, momentos de derrota, hitos de revoluciones populares que son derrotadas, entre ellas, esta revolucin Artiguista, cuyo programa poltico cumple 200 aos y que fue una revolucin republicana radical. Una revolucin que, en la eleccin del rumbo, obviamente dispuso de referencias ideolgicas mltiples, pero tom pautas muy importantes del republicanismo de los padres fundadores de la revolucin norteamericana, y sobre todo articul todo ese conjunto de ideas en un rumbo, ese rumbo fue el que defini entonces su derrota. Pero tambin ese rumbo fue el que luego hizo, que cuando los uruguayos miraran a su pasado y eligieran, porque la historia se trata de eso, una eleccin, una eleccin que tiene que persuadir, eligieran hacer de Artigas el hroe fundacional del Uruguay, porque, porque esta visin de libertad republicana es de alguna manera la sntesis para de alguna manera definir lo que es, lo que ha sido y seguramente lo que ser el Uruguay, y a m no me deja de conmocionar el hecho de que el emblema del instituto Artigas del servicio exterior en donde se forman los embajadores del Uruguay, el emblema sea un sello de armas muy sencillo en blanco y negro, en aquella poca, los escudos, los sellos de armas eran muy coloridos, son magnficos en su expresin directa, este sello de armas es un sello muy simple en negro y blanco que tiene una inscripcin que realmente es impresionante. Simplemente dice 'Libertad republicana', es la sntesis del Uruguay, por eso yo creo que cuando los diplomticos van a representar al Uruguay en cualquier lugar del mundo, en algn sentido tienen que llevar ese emblema como la clave para incorporar al Uruguay al mundo Qu es el Uruguay? es muchas cosas, pero es la libertad republicana. Muchas Gracias. [ Aplausos ] >> Bueno, y ahora estara muy bien dispuesto a vuestras preguntas a vuestras inquietudes, a- s. >> Antes de todo quiero agradecerle por su excelente conferencia muchsimas gracias. Segundo, dos preguntitas. Artigas andaba por los artculos de la confederacin de Estados Unidos, o sea la pre-constitucin de Estados Unidos; hasta qu punto l estuvo expuesto [inaudible] de estados unidos que son [inaudible] importantes, esa sera una pregunta. La otra pregunta es, de donde sale quien verbaliza, amplifica, propagandiza en la poca de Artigas esta visin de Artigas el anarquista. Esas son mis preguntas. >> Gerardo Caetano: Estupendas preguntas, la primera, como todo revolucionario y hay que entender lo que es una revolucin. Una revolucin no es, el gabinete maravilloso en donde se lee, por ejemplo, esta fantstica biblioteca que uno sanamente envidia, no, una revolucin un revolucionario es bueno, un pueblo en armas, es una mochila en donde caben pocas lecturas, entre las lecturas que portaba Artigas y sus su entorno ms cercano que es clave, por ejemplo, Artigas, todos los documentos son manuscritos de sus secretarios y unos hemos hecho estudios grafolgicos, pero sobre todo hemos hecho estudios lingsticos y hemos hecho estudios de historia conceptual y uno advierte claramente no solamente la grafa, sino tambin el perfil diferente de Barreiro y de Monterroso, y ah aparece Artigas simplemente firmando, a propsito nunca firm, odiaba el nombre Gerbasio, firmaba Artigas y a lo sumo, en sus das de alegra Jos Artigas, por eso, esta mencin contempornea a un testamento en donde Artigas hubiera dicho, yo Gerbacio Artigas, argentino, nacido en la provincia oriental, por lo menoss es extraordinariamente dudoso, por decirlo de la manera ms diplomtica que me surge, entre esos papeles estaban, bueno, textos de las constituciones federales norteamericanas. No es seguro que los Federal papers hayan sido ledos en forma directa por Artigas, si es seguro que su entorno los ley, si es seguro que su entorno ley y ley con mucha intensidad a Thomas Paine. Si es seguro que la visin que de la revolucin norteamericana tena el entorno artiguista y de la que dispuso en su caja de herramientas ideolgicas que de eso se trata, fue la visin de un republicano radical que por otra parte marcara tanto, no solamente la vida de Amrica, sino tambin en su periplo europeo, marcara tanto una visin radical alternativa de all que uno tenga que sostener esta hiptesis, el republicanismo radical es un componente absolutamente ineludible para entender el artiguista. Esta visin de la libertad republicana es una visin clave para entender el Artiguismo y adems es una visin en donde quienes construyeron el relato de Artigas hroe de la nacionalidad, padre del Uruguay, siempre identificaron esta idea. Por ejemplo Hctor Miranda, en su texto, las instrucciones del ao trece, prcticamente reconstruye el relato de un Artigas que es casi un Washington, luego, Eduardo Acevedo en su alegato por Artigas, la primera condicin que destaca es su republicanismo radical, y eso era muy curioso entre otras cosas porque destacan muy tempranamente esta tradicin ideolgica de la antigedad tan opacada por el discurso liberal, tan absolutamente predominante, por eso repito, en un magma ideolgico en donde hay muchas convergencias y en donde hay una seleccin muy libre de un dirigente poltico que no es un doctrinario, pero que s es como el baqueano que define un rumbo; en ese magma que esta la vieja constitucin de los textos hispnicos tradicionales, est la ilustracin espaola, est el cristianismo que l vivi en sus tertulias del convento de San Bernardino, cristianismo va franciscana no va jesuita lo cual marca una separacin muy importante. Est tambin aunque mucho menos, el contrato social roussoniano, pero entre esos componentes, sin lugar a dudas, est en un lugar muy destacado, estos textos, matrices de la vieja tradicin republicana tan fundante de los padres fundadores norteamericanos, pero sobre todo est ese rumbo, est ese rumbo con una claridad meridiana, podramos incorporar otros documentos, por ejemplo, la tan olvidada constitucin que propone en el ao 1814, que es una constitucin donde estos principios republicanos son a su vez ms proyectados, ms proyectados con ms radicalidad y est sobre todo esta pauta de independencia absoluta, repblica y libertad republicana y confederacin. Este, la otra pregunta es una pregunta clave, porque ustedes imagnense, Artigas se va del territorio y comienza su periplo de 30 aos en el Paraguay en 1820, La segunda etapa de la revolucin oriental, tiene sus primeros conatos en 1822 y 23, dos y tres aos despus de la derrota artiguista y luego se reinicia en 1825 formalmente con la cruzada libertador, entonces ah uno lo primero que busca es, bueno, este, la invocacin Artigas, invocacin que por otra parte en la enseanza de la historia nacional, tantas veces se hace, o sea una primera etapa de una revolucin derrotada y una segunda etapa que retoma los ideales de aquella revolucin derrotada, pero se encuentra que ni la Valleja, ni Uribe ni Rivera, hablan de Artigas, no lo nombran, pero a veces en sus cartas, aparece la invocacin del anarquista, aparece la invocacin del promotor de la anarqua, aparece la invocacin de alguien innombrable, de un espacio que provoca terror que hay que de alguna manera deslindar. Esa visin que a veces, bueno, tiene nombre y apellido en trminos de 'estamos hablando de Artigas', es la visin que de alguna manera de la revolucin que finalmente prevaleci, la revolucin conservadora. Esa revolucin, bueno, quienes prevalecen son aquellos que bueno, han compartido la revolucin con Artigas, algunos de ellos la han compartido hasta el final, la Valleja, preso en la isla las Cobras, la ha compartido hasta el final Rivera, an cuando luego como el caudillo de la campaa ante Lecor, pact de inmediato y se incorpor al bando lecorista, no la comparti hasta el final Oribe, que abandona el Artiguismo rechazando lo que l que era un militar regular, un militar este, de formacin, adverta como lo que finalmente era, una guerra desesperado contra un enemigo mucho mayor que estaba sin nada por el fracaso, pero los tres van a compartir esta idea de, valga la redundancia, de no coincidir con esa visin tan radical de la revolucin. Esa idea de anarquismo es la idea que va a estar inspirando los textos de la leyenda negra anti Artiguista durante cinco dcadas. Las instrucciones estuvieron desaparecidas hasta 1876 en donde un escritor si, argentino, porque ah se poda hablar de Argentina, Argentina nace en verdad en 1860 cuando a la confederacin que haba excluido, luego de la guerra grande a Buenos Aires, pero termina incorporando a Buenos Aires en 1860, bueno, Pelliza escribe en 'Dorrego y los partidos de la revolucin', por primera vez retoma y registra el texto de las instrucciones. Hasta entonces durante 50 aos, ms, durante 63 aos se hablaba de las clebres instrucciones, pero no se tenan, incluso hoy esas clebres instrucciones, tenemos cinco copias, tres en el Uruguay una en el, los originales digo, una en Rio de Janeiro y la otra en Buenos Aires. Aunque en una de ellas, la que esta, en el archivo general de la nacin de Montevideo, est autenticada por Artigas que dice, 'delante de Montevideo Artigas'. La idea de anarquismo que marc un poco esa lectura tan prevaleciente en las dcadas siguientes de la leyenda negra Artiguista, en realidad vena a sintetizar eso que deca Juz en 1825, quines son los artiguistas? y los artiguistas son los que tienen esta concepcin radical de la revolucin. Son mayora, pero los patriotas de la mejor clase les temen, incluso desconfan de la independencia porque creen que la independencia traer la anarqua, entonces, esta idea de Artiguismo como anarquismo en realidad era la expresin del artiguismo como radicalismo, si uno ve en la provisin hispanoamericana, la palabra anarquismo est muy unida a la palabra democracia, y a la palabra radical y an a la palabra repblica cuando aparece en esta percepcin de un acto cvico que concibe una libertad diferente a la libertad meramente afincada en el individuo. Y en ese sentido, hablar de Artigas como un anarquista era un grave error. Si lo entendemos en una perspectiva de definicin lexicogrfica porque bueno, qu era el anarquismo para Artigas? Pero si la leemos en una perspectiva de historia conceptual, contextual, en realidad era una idea precisa. Era la idea de concebir, bueno, que una revolucin de esta radicalidad en la versin de una mente conservadora traa la anarqua. Tal vez, la figura ms contrapuesta a Artigas sea Nicols Herrera. Nicols Herrera lo fue todo en su tiempo, fue un funcionario importante de la administracin espaola en la provincia, fue representante de la provincia en las cortes de Vallona, tuvo su perodo afrancesado, luego volvi y al inicio de la revolucin se hizo artiguista pero rpidamente vio que el artiguismo llevaba rumbos que no comparta y se pasa a Buenos Aires. Se hace una figura importante del triunvirato porteo y como tal, es como secretario firma el bando que pone a precio la cabeza de Artigas. Va a volver a Montevideo cuando la dominacin portea de Montevideo. Luego cuando los orientales toman en 1815, a Montevideo va a volver a Buenos Aires, pero cuando le Lecor es recibido por la oligarqua a Montevideana bajo paleo de honor, volvi a Montevideo y se hizo un hombre, este de Lecor; es ms, tuvo un ttulo nobiliario dentro de la corte que rodeaba Lecor que fue el nico momento en donde en la provincia oriental hubo nobleza. Nunca antes y nunca despus. Y luego cuando Lecor se hizo brasileo, por supuesto que lo sigui su periplo y de portugus se hizo brasileo. Y luego, cuando finalmente en 1828 la convencin preliminar de paz estableci bajo vas de soberana mediatizada la emergencia de un estado oriental. Bueno, Nicols Herrera finalmente se hizo uruguayo. Y as termin sus das siendo senador. Y siendo uno de aquellos cinco hermanos que como este, Lucas Sobes, Yeli, Santiago Vsquez y otros van a ser quienes rodean a Rivera en su gobierno y quines son los que gobiernan tras bambalinas. Va morir en 1804 despus de ese largo periplo en donde lo fue todo, este, va a morir uruguayo. Bueno, Nicols Herrera tiene muchos textos en donde define a Artigas y a su tiempo como el anarquismo, como el teatro de la anarqua. Y yo creo que quiere una definicin precisa en su perspectiva. >> Gerardo tambin felicitarte porque creo que nos has dado un panorama muy bonito, a veces se descuida y opera uno y va perdiendo contacto y esta ha sido una oportunidad de privilegio. Y una pregunta tal vez con un sesgo profesional, o sea, en esta lucha de ideas que nos has refrescado, cmo se ven los intereses polticos y econmicos, sobre todo econmicos, en recuperar a Artigas como el lder de la patria, qu aport para un pacto de clases, digamos no?, es de una perspectiva sociolgico, volver a darle a Artigas un lugar central en todo. >> Gerardo Caetano: Bueno, Artigas es una figura que a sus definiciones polticas le suma definiciones sociales. Tambin radicales. No solamente su reglamento agrario de 1810, que era un reglamento que por cierto a contra mano de lo que algunas veces he tratado de decir por cierto no era socialista. Porque este, de Artigas se ha dicho todas las leyendas. No, Era un reglamento agrario que tena definiciones radicales que bsicamente castigaba los contrarrevolucionarios, sacaba la tierra de los malos europeos y europeos-americanos, pero ordenaba su distribucin en suertes de estancia iguales que no pudieran ser alienadas, no pudieran ser comercializadas; Con un criterio que s era revolucionario que era que los ms infelices fueron los ms privilegiados, Bajo una pauta en donde consagraba muy claramente ese tipo de distribucin. Es muy interesante ver que en la aplicacin del reglamento agrario en muchos momentos estbamos en plena revolucin. Artigas va a ser desbordado por su pueblo; Esto qu quiere decir? que van a ser tomados territorios que no eran de malos europeos y europeos-americanos sino que eran de hacendados que no haban roto con la revolucin y Artigas trata de detener eso. Pero finalmente es desbordado y consciente. Tambin en eso Artigas fue conductor y conducido. Lo interesante es ver como ese momento de la aplicacin de un reglamento agrario que tena esas caractersticas en medio de una revolucin, como luego marc, bueno lo que va a ser un tema muy importante que es la distribucin de la tierra en lo que luego va a ser el estado oriental y all hay un estudio fantstico que hace un, Alberto Mrquez en su libro, 'Bosquejo Territorial del Uruguay' de los primeros aos del siglo veinte, en donde lo que hace es un itinerario de cmo fue distribuida la tierra hasta ese momento. Lo hace obviamente porque en ese momento don Pepe Valle en otro impulso republicano muy radical que marc su tiempo y el porvenir estaba reivindicando la recuperacin de las tierras fiscales para formar una cartera de tierras a los efectos de distribuir a los pequeos y medianos propietarios con la bsqueda de hacer un pas agropecuario que combinara ganadera y agricultura de produccin intensiva en donde se sancionara a travs del impuesto la improductividad y bajo una pauta de redistribucin que no cuestionara el principio de la propiedad privada, sino que incorporando ese principio, reivindicara para el estado todas las tierras que tenan un origen fiscal. Es muy interesante lo que dice Albert Mrquez, porque Alberto Mrquez recorre una historia, la historia de las propiedades de tierra en Uruguay en el siglo diecinueve y an desde la colonia, y all descubre primero, algo que todos sabamos que la propiedad de hecho, la apropiacin de hecho precedi a la apropiacin de derecho. Esto qu quiere decir? Que en el novecientos este... invocar la recuperacin de las tierras fiscales era 'mentar la soga en la casa del ahorcado'. Esto qu quera decir? Que cuando Valle estaba diciendo 'recuperemos las tierras fiscales, no vamos a afectar ningn derecho de propiedad', estaba amenazando a los grandes hacendados que no tenan ttulos de propiedad saneados para la mayora de sus tierras. Pero adems, Alberto Mrquez encuentra algo muy importante, que el estado como tal nunca renunci a su derecho sobre las tierras fiscales. Nunca. Pero que la jurisprudencia de los jueces cuando se le confrontaban la apelacin a ttulos de propiedad, bueno, hubo unas jurisprudencias en donde se consagraba de derecho las donaciones de tierras otorgadas por todos los gobiernos desde la colonia hasta el novecientos. Por todo menos uno. Se consagraba como sujeto a derecho la concesin de tierras bajo el imperio espaol. Se consagraba bajo la dominacin portea de Montevideo, bajo la dominacin portuguesa, bajo la dominacin lusitana, bajo la dominacin de todos los gobiernos de la repblica posteriores a 1830. El nico momento cuyas donaciones no son consagradas por derecho es el momento de la aplicacin del reglamento agrario artiguista. Y Alberto Mrquez dice, 'bueno, es que Artigas es el padre de la nacionalidad y fue un grande revolucionario pero aplic una poltica agraria dominada por el espritu de la confiscacin'; por supuesto no era cierto. Artigas no se inspiraba, lean el reglamento, el reglamento es un reglamento este, que es muy claro en trminos de, dnde se sacaba la tierra, cmo se distribua la tierra, pero tambin los requerimientos para el donatario artiguista. Lo que ocurre es que los poderosos de su tiempo y all estaba tambin el gremio de hacendados fundado en la colonia, vieron a la revolucin como un gran enemigo social. Por eso, este, el artiguismo tiene ese contenido social que es inescindible de sus definiciones polticas. Una definicin de republicanismo radical como las instrucciones, obviamente deban confluir, deban prolongarse en definiciones sociales tambin radicales. Eso es un poco en el espritu artiguista. Por supuesto que Artigas pudo ser el hroe de la sociedad hiper-integrada y de la sociedad amortiguadora, porque todos han buscado en Artigas como suele ocurrir con los hroes fundacionales, un Artigas hecho a medida de. Artigas fue la inspiracin de los ruralistas, Artigas fue la inspiracin del partido comunista cuando busc nacionalizarse, Artigas fue y est en los smbolos del frente amplio, Artigas fue y est en la inspiracin del ejrcito. En estos aos, hace dos aos vimos en el Uruguay algo muy sorprendente, que es, que el estado uruguayo con esto, algo que se contradice con la historia que es que celebr oficialmente el bicentenario del ejrcito uruguayo, doctrina peregrina absolutamente y sustentable de punto historiogrfico, que fue generada por la dictadura. Por qu fue generada? Y bueno, porque hacer de Artigas, el fundador del ejrcito uruguayo era decir que Artigas haba fundado el ejrcito antes de la emergencia de los partidos. Y que estaba esa idea de reserva de soberana en donde, bueno, la nacionalidad estaba, este, protegida. Hasta dictadura nunca se celebr la batalla de las piedras como el momento del origen del ejrcito oriental porque nadie en su sano juicio puede creer que el pueblo en armas que pele en las piedras tiene algo que ver con el ejrcito que fund la torre despus de la guerra del Paraguay. Nadie lo puede creer. O el ejrcito que desarm Julio Herrera para incorporarlo como un brazo armado del partido colorado o el ejrcito que luego trat de influir Herrera con su poltica militar que era echarle agua al vino, es decir, nombrar lderes castrenses de origen blanco, no tena nada que ver; Sin embargo, en esta utilizacin de la historia de Artigas, el ejrcito tambin entr. El ejrcito tambin entr. Este, por supuesto la labor del historiador es pinchar estos globos lo cual hace de nuestro oficio un oficio cranme fascinante, pero es tambin peligroso, sobre todo en pocas de conmemoracin y en pocas de mucha retrica patriotera que no patritico. S. >> Muchsimas gracias, una observacin a su ltimo comentario, creo adems usted debera dedicarse a la teologa, porque muchas de las observaciones que usted ha hecho tienen origen teolgico, no, pero ese es un comentario, otra observacin, una pregunta y una observacin, aqu ha habido recientemente una biografa en ingls de Simn Bolvar que es por una peruana estadounidense que no es historiadora, una persona que estudi Ruso y lingstica, pero que ha tenido una trayectoria periodstica digamos, la biografa de Bolvar no es mala, es lo que es, pero ella ha aparecido mucho en la prensa en la televisin, no se desprende de su libro pero si, y en su publicidad, en que ella, prcticamente la tesis de ella es que Bolvar es el libertador de Amrica Latina, 'the liberator of Latinoamrica' la estoy citando. Yo quisiera preguntarle si estoy equivocado en pensar en que Bolvar no tuvo ninguna influencia en la revolucin mejicana, en la liberacin de Mxico, no tuvo ninguna influencia en la liberacin de Brasil, ambos grandes componentes de Amrica Latina. Y quisiera preguntarle si usted piensa que tuvo alguna influencia, a m no me consta, pero no soy historiador, de que tuvo alguna influencia en la Revolucin Artiguista, en todo lo que usted est diciendo, me ha chocado mucho estas declaraciones que son muy contundentes de esta seora y yo creo que no le hacen favor a la historia de Amrica Latina como su historia. La pregunta que tena es que usted hace muchas alusiones a de que Artigas y su entorno lea mucho las constituciones federales de Estados Unidos y quera preguntarle sobre si en particular haba una lectura de la constitucin del estado de Massachusetts, la razn por la cual le hago esa pregunta, es primero es porque est escrita por John Adams, segundo porque aqu se da, yo estaba escuchando y estaba pensando, si Jefferson, Madison, Adams, tambin hay una gran tensin entre libertad y republicanismo y yo tena entendido que en algn momento hubo un Seor [inaudible] que visit a Artigas, que tuvo contacto con Artigas y que trajo con l una traduccin al espaol de la constitucin del estado de Massachusetts, que dicho sea de paso, no se llamaba o se llama estado, sino que se llamaba Commonwealth, comunidad que tiene ciertas alusiones a lo que usted hablaba de la confraternidad. >> Gerardo Caetano: Bien. Primero que nada no s como tomar eso de telogo. Mis principios no me permiten tomarlo como un elogio pero me consta que no es un agravio. As que lo tomo como una chanza. Respecto al Bolvar y al Bolivarianismo no cabe otra visin que, bueno, que hemos estado presenciando y presenciamos una suerte de uso y abuso de Bolvar y de su bolivarianismo por cierto muy cambiante. Bolvar es como la mayora de las figuras de la revolucin hispanoamericana. Son figuras que dicen cosas muy distintas en momentos distintos. Entonces uno puede encontrar un Bolvar a medida, un Bolvar que habla favor de la democracia y un Bolvar que habla contra la democracia, un Bolvar que habla a favor del federalismo y un Bolvar que dice las peores cosas del federalismo. Un Bolvar, este, en momentos muy diversos, sobre todo el ltimo Bolvar es un Bolvar extraordinariamente desencantado. Es el Bolvar de hacer la revolucin es arar en el mar. Es un Bolvar que ha adherido a frmulas ya no unitarias sino autoritarias a partir de la descreencia ms radical en cualquier perspectiva de un gobierno popular, de un gobierno democrtico en trminos de gobierno directo del pueblo. Y sobre todo un gobierno federal. Por cierto, no tuvo ninguna influencia en la revolucin mexicana. Por cierto que no tuvo ninguna influencia en esa independencia tan especial de la independencia del Brasil, Brasil siempre debemos advertirlo porque es una marca fundamental en la historia latinoamericana. Va, Brasil es un ejemplo de una independencia sin revolucin. No hubo revolucin. El hito de Hipiranga Eufico no es una revolucin pero tampoco, pero tambin es una independencia sin repblica. La repblica va a venir en 1889 y recordmoslo siempre. La abolicin de la esclavitud la hizo Pedro Segundo el ao anterior. No la hizo la repblica. Y por otra parte, la continuidad de la lite imperial bajo la primera repblica es tan importante como que la figura fundante de Hitamarat con todo lo que significa y Hitamarat es este, es el varn. Es el gran varn, el hijo del Vizconde, este, con lo cual la continuidad entre imperio y repblica es el signo sealado, ah Bolvar no existe. Y en el marco de las revoluciones en el Ro de La Plata y contra el Ro de La Plata, Bolvar es la referencia de una figura contempornea pero de modo alguno de una figura que influye la revolucin. Por otra parte yo tambin apelara a los estudios muy eruditos sobre la apelacin al bolivarianismo, la historia de la apelacin al bolivarianismo. Con lo cual nos encontraramos que es la mayor parte del siglo veinte, la apelacin al bolivarianismo fue una apelacin de la derecha latinoamericana para afirmar autoridad frente a los aprestos democrticos radicales y frente a la amenaza comunista con lo cual este bolivarianismo de izquierda que hoy tenemos en algunos espacios de Amrica Latina es una formacin reciente. La otra pregunta es sobre la constitucin de Massachusetts por cierto. Yo quiero aclarar porque esta idea de que Artigas y sus dirigentes ms directos lean la constitucin de Massachusetts. Este, no. La tenan entre su caja de herramientas. Seguramente Artigas ley algn fragmento. Barreiro y Monterroso seguramente leyeron la constitucin. Lo que es muy cierto es que cuando uno reconstruye esa caja de herramientas y reitero el concepto es un concepto que muchos historiadores nuevos de las ideas e historiadores conceptuales utilizan mucho para tratar de definir la forje ideolgica de un dirigente poltico. Un dirigente poltico no es un doctrinario. A veces lo hay pero es este, es lo de menos y sobre todo un lder revolucionario no es un doctrinario. Lo puedo haber sido antes, puede estar en contacto pero tiene un vnculo con el mundo de las ideas y el mundo de las ideas tiene un vnculo con la accin poltica que es mucho ms azaroso y entonces all de lo que hay que hablar es de una caja de herramientas en donde las ideas son herramientas y lo que de alguna manera refiere o importa ms es el rumbo y en ese sentido Artigas no es un doctrinario. No es alguien cuya documentacin sea original. Este, yo les podra traer las instrucciones del ao trece y ver en comparacin con algunos textos de las revoluciones norteamericanas de las constituciones norteamericanas incluso la constitucin de Massachusetts en donde hay copia. Sin embargo, no es copia pura. Es una seleccin resinificada porque hay agregados que son extraordinariamente significativos. Por ejemplo, esta idea de libertad civil y religiosa en toda su extensin imaginable, esta idea de en toda su extensin imaginable no aparece en ningn texto. Y es algo muy sorprendente. Sobre todo por lo que podra llegar a implicar la libertad civil y religiosa. Si uno, como debe hacer, de alguna manera resuma todo ese, este, horizonte en donde una figura con una caja de herramientas toma un rumbo, lo que se encuentra es en un rumbo. Y ese rumbo efectivamente es un rumbo en donde el componente republicano y el componente del republicanismo radical y la nocin profunda de libertad republicana es una aversin profunda. Bueno, les agradezco mucho. Me he pasado. >>This has been a presentation of the library of congress. Visit us at loc.gov