>> María Thurber: OK. Buenas tardes y bienvenidos -- buenas tardes, buenas tardes a todos y bienvenidos al XXVII Maratón de Poesía del Teatro de la Luna. Estamos aquí reunidos en la Sala de Lectura Hispánica de la Biblioteca del Congreso, el portal de nuestras colecciones luso-hispánicas. Y es un honor para nosotros recibir a los poetas, especialmente a Rei Berroa, quien será el moderador de este evento y ofrecerá más información sobre la tradición del Maratón de Poesía o Poetry Marathon, que se da a cabo cada año en Washington, D.C. También estamos aquí para recordar a Walt Whitman, quien tuvo una enorme influencia en poetas hispanos, y a quien recién celebramos por sus 200 años de nacimiento. Este evento, enfocado en la poesía, es el último en una serie de programas conmemorando el bicentenario. Después de las lecturas, les invito a que pasen y disfruten de una pequeña exhibición celebrando a Whitman, y a nuestros poetas participantes en la sala. Sin más preámbulos, aquí paso a nuestra chief, la Dra. Suzanne Schadl. [ Aplausos ] >> Good afternoon, boa tarde, buenas tardes. Welcome to the Hispanic Division in the Library of Congress. Benvindo a Divisao Hispana da Biblioteca do Congresso y bienvenido a la División Hispánica de la Biblioteca del Congreso. Thank you, María, for telling people who I am, I'm Suzanne Schadl. Thank you all for being here. It is a privilege for me to work with a tremendous team of librarians here at the Hispanic Division and at the Library of Congress, and you all just had an opportunity to meet one of them, Maria Thurber. I would like to ask you to join me in recognizing her and thanking her for making this event possible, today with the Teatro de la Luna and the Centro Cultural de El Salvador. Thank you. [ Applause ] Iba a decirlo en español también, pero todos me entienden en inglés también, ¿no? [Risas]. OK, OK. Gracias a todos por participar. This kind of event is important to me because it brings to life the words on pages that we serve here in the Reading Room, reminding us all that libraries at their core are about many voices speaking, singing, screaming and concerts. Para mí este tipo de evento es importante porque da vida a las palabras en las páginas que servimos aquí en la sala de lectura, recordándonos que las bibliotecas en su núcleo son muchas voces hablando en concierto. We celebrate that role here with all of you today who are participating, and we are recording it, of course, to make it accessible online, and thank you for singing your wavers. If you have not, please do. Celebramos este rol mientras grabamos este evento para hacerlo accesible en línea. I will not be doing my job if I did not also encourage you to enjoy the work of our staff. The wonderful exhibit that Maria has already pointed out to you, and our reading room, our "Archivo de la Palabra", where you can actually heat at Maestro Berroa speak accompanied by himself on the guitar [laughs]. We would also invite you to check out our Handbook of Latin American Studies. You can also search his name and it'll clear out all of the junk and you'll just find books, and articles. And also I'd like to invite you to check out our Biblioteca Podcast. OK, yo no estaría haciendo mi trabajo si no lo alentara a disfrutar nuestro trabajo, la maravillosa exhibición aquí en la Sala de Lectura, nuestro archivo de la palabra, donde puede escuchar Rei Berroa con guitarra, y el manuel -- the handbook of Latin American Studies -- no, no tenemos. No tenemos nombre en español, y también la biblioteca podcast. Sin más ado, I have the great pleasure of turning the mic ver to el doctor, maestro Rei Berroa. [ Applause ] >> Rei Berroa: El beso de la paz [risas]. Bueno, como hay que hablar de aquí que nos han dicho -- y ustedes que van a leer ahora, tienen que hablar desde aquí, ¿eh? A pesar de que yo preferiría moverme, pero para poder hacer la grabación viable, tenemos que leer desde acá, o hablar desde acá. Si Suzanne dice que es un privilegio para ella que nosotros estemos aquí, imagínense para nosotros, el privilegio que es, tener la oportunidad de estar aquí en la Sala Hispana, donde Borges, Neruda o Ramón Jiménez, Octavio Paz y una caterva, como diríamos en la República Dominicana, de maravillosos escritores, dieron voz a la tierra. Esa voz que está todavía resonando acá, van ustedes a participar ahora de ella y a hacer viable la voz de ustedes para otras muchas personas que entran en los archivos de la biblioteca. Yo quisiera agradecerle a Suzanne la oportunidad, a María, a Carlos, que siempre está disponible para incluso caminar con -- mis alumnos me dicen que yo camino como si yo tuviera una bicicleta en los pies. Y yo molesto a Carlos porque le digo, "¿qué te pasa? Estás caminando muy lento" [risas]. Y, a pesar de eso, todavía me sonríe. De hecho, casi fue alumno mío, casi, digo, en la universidad de Pittsburg, donde estudiamos los dos. Después de mucho tiempo, nos volvimos a encontrar acá. Todo esto comenzó en 1991, y voy a contar esta anécdota que no he compartido en la biblioteca. Mario Marcel, que es el fundador del Teatro de la Luna, había actuado varias veces en el Teatro Gala, a donde se me había invitado en varias ocasiones para hacer los debates de discusión que se hacían, si mal no recuerdo, los domingos por la tarde. Los domingos por la tarde se invitaban estudiantes y se invitaba un profesor a que viniera a conversar con los estudiantes para hacer debate, y clarificar aspectos relacionados con la obra. Y yo hice tres debates, de los cuales no importa ahora cuales eran, pero sí recuerdo que uno de ellos fue "Amor de don Perlimplín con doña Belisa en su jardín". Y recuerdo que a Mario Marcel le encantó esta discusión con los chicos, y después de la obra vino a decirme, "yo necesito hablar con vos, che. Tengo unas ideas y me gustaría en algún momento darle vuelta contigo". Y como, no sé, sería como medio año después, aparecieron los dos, Mario con su compañera, Nuki, en la universidad de George Mason donde yo comencé a enseñar en 1984. La mayoría de ustedes -- no, algunos de ustedes no habían nacido todavía cuando yo llegué a George Mason. Y venían para convencerme de que querían fundar un teatro que se iba a llamar "Teatro de la Luna" y querían que yo les echara una mano y que fuera asesor del teatro, y yo evidentemente estaba en medio de una cantidad de cosas en la universidad, sobre todo temas relacionados con un tratamiento más digno para todas las personas que trabajan en la universidad. Mi plan era comenzar con las personas que limpian, las personas que son de las que abusamos con más frecuencia. Y después, ahora como jefe del departamento, que me han castigado hace tres años, haciéndome jefe del departamento, tratar de mejorar la condición de los profesores. Entonces, yo les dije que no, que lo sentía mucho. Que yo les echaba una mano en lo que fuera, pero que en realidad no podía dedicarme a trabajar con ellos en este aspecto. Entonces, Mario, que es un improvisador extraordinario, yo no sé si ya lo había pensado o si se lo sacó de la manga en aquel momento, pero me dice, "sí, además, yo estoy pensando en organizar cada año un encuentro de los poetas que viven aquí en la zona de Washington, reunirnos para leer poesía, reunirnos y leer poesía durante 12 horas, de 10:00a.m a 10:00p.m pero sin parar". Decía, "vamos a llamar a esto un 'Maratón de Poesía'". Entonces, yo lo miré y le dije, "oh, tú estás hablando de otra cosa ahora". [ Risas ] Claro, porque yo había soñado -- cuando yo vine a esta zona, uno de mis planes era tener en mi casa a mis amigos que protestaban. Desde la universidad de Pittsburg yo vine a todas las protestas que se organizaron aquí en Washington, sobre todo, me acuerdo de una particularmente que fue para ratifica the ERA, que todavía -- todavía estamos luchando con eso. Y yo venía en un autobús con 42 mujeres y yo, en el autobús. Y éramos todas -- eh, cuidado, ¿eh? Éramos todas, porque eso de que -- eso hay que cambiarlo en la lengua española, que si hay un hombre y 40 mujeres, hay que usar el masculino, no señor, hay que democratizar la lengua, si hay más hombres, utilizamos el masculino, y si hay más mujeres, utilizamos el femenino. Así que todas nosotras ahora -- [ Aplausos ] Y los hombres creo que no se deben ofender porque eso no nos cambia para nada, porque las mujeres no se ofendieron antes cuando decíamos siempre -- Entonces, yo tenía este plan de tener en mi casa a todos mis amigos que venían a protestar a Washington y después de protestar, venir a mi casa a leer poesía y a oír música y a hacer música. Entonces, ahora Mario me abría las puertas para iniciar esto. Y así comenzó el Maratón de Poesía del Teatro de la Luna, que hace 27 años, 27 años está en esta locura. En esta locura de la que yo no quiero curarme, y espero que el teatro tampoco. Felicidades a ustedes por estar aquí, felicidades a los poetas que han hecho este trayecto. Algunos de ustedes pagándose el viaje, porque si tuviéramos algún amigo que dijera, "no, no, no, desde ahora en adelante todos los poetas se les va a pagar" -- como el señor este, ¿cómo se llama? Richard Smith, ¿no? Se llama el que dio el dinero para los de Atlanta, ¿que no me acuerdo de la universidad? Pero debería hacer eso, es decir, cada país debería decirle al Teatro de la Luna, "ustedes no se preocupen que nosotros nos vamos a encargar de todos los gastos de cada poeta". Pero sabemos que esa expresión, esa celebración de lo que es la palabra poética, de lo que es el tratar de elevar la condición del ser humano a través del arte más excelso, que es el arte de la poesía, no lo tenemos en nuestros países. Por suerte hay algunos países que sí nos echan esa mano. Y sin más preámbulos, vamos a comenzar esta celebración, que está dedicada, precisamente, a nuestro amigo Walt Whitman, ante quien me quito el sombrero. Me quito el sombrero como hispano, y me quito el sombrero como ser humano, porque nadie es más que un ser humano. La mayor condición a que puede aspirar una persona es a ser un ser humano. La reina de Inglaterra no es más que la persona que limpia los pasillos acá, y digo la reina de Inglaterra por decir cualquiera de esas personas que se creen muchísimo más que los demás. Todos somos la misma y única persona, porque cada uno de nosotros tiene exactamente el mismo cuerpo, que es o de hombre o de mujer, y no cambia. Un poquito más gordo, un poquito más ancho, un poquito más alto, un poquito más rubio, más blanco, más moreno, pero la realidad es que lo que nos distingue es la voz que tenemos. Y esa voz es la que vamos a escuchar dentro de unos segundos. La técnica que vamos a utilizar para hacer esta lectura es, yo voy a ir nombrando a los poetas por orden alfabético, es decir, comienza Rosalina, que es Benjamín, sigue Sonia, que es Betancourt. Sigue Julio, que es Cuevas, Marcela, que es Duque o duquesa. Sigue Rita, Roxana, Benito, Jesús y Ario, ¿OK? No se preocupen, no tienen que acordarlo, yo les diré cuando llegue su momento. Vamos a comenzar leyendo, digamos, tres poemas que no sean muy largos. Tres poemas, cada persona. Es decir, ustedes vienen aquí y leen sus tres poemas. Les ruego que si el poema les toca alguna fibra del cuerpo, sea la nariz, el pelo, la boca, el codo, al poeta o a la poeta le encanta que el público reaccione o gritando o aplaudiendo. Así que si a ustedes les toca algo, no tengan miedo en reaccionar. Es la primera vez que hacemos esto aquí en la Sala Hispana, y me parece fantástico que Suzanne y María y Carlos hayan decido hacerlo en este lugar sabroso, porque es el lugar que realmente nos corresponde a nosotros hacer esta celebración. Después de esa primera ronda, vamos a hacer un debate sobre la función de la poesía en el mundo en el cual vivimos nosotros. En ese debate yo quisiera obligarles a ustedes a decir algo, sea lo que sea, a todo el mundo. Los poetas y los amantes y aspirantes a poetas que son los que están esta tarde en esta sala. Y después de hacer este debate que yo voy a moderar, y que si en algún momento veo que va bajando la inquietud entonces, voy a cortar y entramos a leer poesía, que es también a lo que hemos venido. Muchas gracias por estar aquí, y voy a invitar a Rosalina a abrir este encuentro. [ Aplausos ] >> Rosalina Benjamín: Aquí. Ay Diosito [inaudible]. ¿Se oye ahí? ¿Sí? OK. Buenas tardes, muchas gracias al poeta Rei Berroa por invitarme, y muchas gracias a todos ustedes por escucharme. Es la primera vez que vengo, estoy sumamente emocionada. Yo soy Rosalina Benjamín, yo vivo en New York desde hace seis años, soy de Miches, República Dominicana, y tengo tres libros -- dos publicados y uno no. >> Gracias por decir eso de los libros. Cuando ustedes suban acá, no dejen de decir su nombre y su origen para las cámaras. Después [inaudible]. >> Rosalina Benjamín: Sí. Entonces, recientemente escribí mi -- no mi último, mi más reciente libro, todavía no está publicado, con el gané el premio "Letras de Ultramar" en la categoría de poesía, y este libro se llama, "Érase una vez el cuerpo". Está hecho sobre el cuerpo, y la cabeza de este cuerpo está en las rodillas. "Cabeza en las rodillas". "Debajo de esta oscura piel me estoy, tan desnuda como cualquiera, que va por ahí cabeza en las rodillas, huyendo a todo o a la nada insoportable que es estarse viva, debajo de esta carne, que se espanta y enmudece cuando se acerca ese abismo de musgo y vidrio en espiral, que le aguarda en tus ojos que se entrecierran como pájaros trasnochados para mirarme o soplar el cigarrillo. Aquí, debajo voy, cabeza en las rodillas, desnuda como cualquiera que olvida sus pesares, metiendo a descongelarse la angustia de la coronilla entre las piernas de alguien. Quien ojea distraído las páginas marchitas de unos fríos senos como estos, y su indiferencia de cuero desconfiado. Hay miles de rostros emergiendo en estas llamas, y miles de otras llamas azotando hielo adentro las pupilas que esperan perpetuamente levantadas contra el techo, el cielo o la sábana vacía, atada, ya para siempre, a las cuatro puntas de la noche que serpentea hacia los pasillos. Mientras yo -- perdón -- mientras me hundo, cabeza en las rodillas, y comprendo. Todo calor es siempre ajeno, toda mentira es blanca, toda verdad, impura. Así que no, no, no. Que no me le llamen 'nada' a este infinito que alcanzo, respirando mi propio olor, cabeza en las rodillas". Gracias. [ Aplausos ] So, ¿otro? OK. Solo voy a leer dos poemas en lugar de tres. Este es muy importante para mí porque toca un tema que está sucediendo en muchas partes del mundo, sobre todo el Latinoamérica, y muy especialmente en nuestro país que es la violencia de género, violencia contra la mujer y una de las técnicas más empleadas es desaparecer el cuerpo. Esta es de una chica de 20 años llamada Masiel Torres, que desapareció en mi país, nadie le importó, y yo le escribí este poema porque ella fue de nuestro grupo. Y ella nunca apareció pero yo quise mostrarlo de una manera que no fuera tan dolorosa, sino como querer soñar con una de las posibilidades que es que ella se haya ido porque así lo quiso. "Desaparecida". A Masiel Torres, esperando que esté bien a donde esté. "Acercándote felina, al montón que formábamos sin ti, cada paso era toda una pregunta, 'disculpen, ¿habrán visto por casualidad a esta chica?' Y nos desvelaba la divinidad nefasta de tu rostro de muñeca. Todas las cabezas se balanceaban confusas de un lado al otro de la palabra 'no' sin más remedio. Tus ojos, entonces, dos segundos detrás de tu mirada, arremetían contra la noche como dos botones deshilvanándose de la camisa del infierno celeste. Nadie te había visto. Decepcionada, solo un poco más que de costumbre, seguiste el dulce llamado de la flauta de otro cuento. Y para borrar las migas de tus pasos, llevabas los bolsillos llenos de palomas. Ahora queremos aprehendernos con lo que huye contigo de niña trasnochada, de duende y de golfilla, de andrógina orquídea de los parques. Queremos rescatarnos, apresando tus mejillas, entre besos angustiados que turban tu sed de distancia. No culpo a tu risa, inadvertidamente escasa, de princesa desertora ni a tu posible llanto abrazando los kilómetros de amor incomprensivo que te claman. Tal vez consideraste que aquí solo hay políticos especuladores, cómplices y más rabian los barrios cada día. Que quizás ya nadie se lee las cartas, y por eso no sabemos que te coronaron reina de diamantes. Aquí ya no creemos en las hadas. Tal vez por eso nos perdemos de enterarnos de que a ti te han escogido para ser Campanilla en otro Nunca Jamás. Quizás eres Alicia en el último país de los espejos, o eres Ariel de las Antillas, titilando enamorada en una aurora boreal. O ni siquiera estás tan lejos. Puede que un collar de Obatalá, tejido con las madrugadas de tus rizos, le rinda culto en San Juan de la Maguana en cuello de azucena. O Yemayá te acuna en su regazo sempiterno, pero que al fin y al cabo, cualquier otro escenario merece más enigmático performance de tu cuerpo. Mas, si yo tampoco entiendo, eso de que te creemos perdida y que tú al fin te encontraste, te pido, no me culpes si interrumpo con mi miedo el bambula infinito que ahora bailas con remotos ángeles silvestres. Y perdónanos de nuevo la imprudencia cuando el recuerdo de tu ausencia, aparecido por el mundo en estas líneas, te acose en todas partes preguntando, 'disculpa, ¿habrás visto por casualidad a esta chica?'" [ Aplausos ] >> Sonia Betancourt: Muy buenas tardes y muchísimas gracias por estar aquí. La verdad es que es un auténtico honor y un auténtico placer tener la oportunidad de compartir mi poesía con poetas amigos que admiro tanto, con profesores que también admiro tanto y en un espacio lleno de palabras tan emblemático, tan lleno de luz. Luz es lo que la poesía suele traer a nuestra vida, al menos a la mía, y es lo que ha hecho, de alguna manera, que yo conforme el espacio de mis libros, mi creación, y no me puedo olvidar, dice Rei Berroa, de decir mi nombre [risas]. Me llamo Sonia Betancourt y nací en las Islas Canarias, me crié en La Palma y luego viajé un poco por América Latina que es mi otra pasión, además de la de la poesía. Y ya hace unos años que vivo en Madrid. Allí es donde trabajo con este oficio, que les comentaba, que tiene tanto que ver con buscar la luz en la oscuridad, y que yo creo que es el oficio alquímico de la poesía. Fruto de esa búsqueda es este libro que se llama "La Sonrisa de Audrey Hepburn", del que voy a leer algunos poemas. Audrey Hepburn, a quien todos recordamos, seguramente, como ese personaje emblemático del mundo del cine, como esa mujer también ícono de la moda y de la elegancia, para mí se ha convertido casi -- diría que en una líder espiritual, en alguien que precisamente fue capaz de reconvertir toda la oscuridad del mundo en luz, y de convertirse en una alquimista. Esto es lo que yo estoy investigando un poco en este libro y que quiero compartir con ustedes, vinculado también con mis anécdotas y mi experiencia aquí en Washington. Llevo unos meses aquí, gracias a la generosidad de alguien que también está en la sala, la profesora Gwen Kirkpatrick que me ha recibido como investigadora en Georgetown University. Muchas gracias, Gwen, y yo he podido, en este tiempo, empaparme de alguna literatura como la que estamos celebrando, la de Walt Whitman, y también la de Edgar Allan Poe. Tuve la suerte de ir a su casa el otro día en Baltimore y estoy fascinada con ese espacio en el que precisamente se ve esta tendencia que tiene la poesía a reconciliar la luz con la oscuridad, buscando esa grieta que puede llegar a iluminar y a cambiar las cosas. Así que el primer poema que voy a leer se llama "Cuervo Negro" y aunque no esté dedicado a Poe, sí que está muy inspirado en él. Tiene mucho que ver con esa casa, y por qué no recordar también esa admiración de Walt Whitman hacia Poe y conectar esta lectura también con eso. Así que bueno, para todos ustedes, muchas gracias, este cuervo negro. "El cuervo es una transfiguración de la huida. Su vuelo reconstruye una cacería nocturna. El cuervo se alimenta de lo que ansía y aniquila lo que anhela, lo que no le pertenece. Se enamora de lo que le produce dolor y luego lo mastica hasta retenerlo dentro, hasta convertirse en el padecimiento del otro que mira horrorizado. Marqués de Sade, esclavizado a su víctima, llora como un recién nacido frente al abismo de su ternura. Antes de llorar vuelve a morder, y en ese afán desbarata la locura del mundo. El cuervo habla y roza la ventana de un hombre de 1845 que entra y sale de la esquizofrenia. Vampiro y cleptómano de la mujer clavija, mujer con el sexo desplegado en la boca de una guitarra, el cuervo mata para hacer música, el cuervo muere por comer con lo que mata. Renace de su indefensión y se equivoca. Trae en la garganta una serpiente de agua que lo deja ciego de sed. El cuervo es un río, una constelación. La calle deforme de una ciudad, donde cada día nos quitamos los ojos por amor". [ Aplausos ] Muchas gracias, gracias. Y bueno, voy a leer también un segundo poema como la compañera, porque yo me enrollé mucho hablando y entonces, bueno, lo podemos suplir, una cosa por la otra. Este poema se llama "Yo no soy Audrey Hepburn", una evidencia, y es un poema que sin embargo creo que juega también con la alquimia que supone ser uno mismo, no es nada fácil, ¿verdad? Es encontrarse a uno mismo, y es una forma de alquimia el poder destilar todo aquello que uno no es para encontrarse con lo que es. "Yo no soy Audrey Hepburn". "Yo no soy Audrey Hepburn. No me detengo en tu salón durante años en un cuadro con marco triste y cristal roto, ese cristal inaguantable que reproduce la leucemia del amor, esa grieta uniforme, extravagante, que se agranda con el tiempo sin que nadie la toque. Ese tajo que distorsiona los labios de la imagen, esa imagen frente a la que dos se besan y que van deshaciendo sus bocas, atravesadas por una enorme guillotina. Yo no soy Audrey Hepburn. No aparezco en tu infancia como una actriz de los 50, ni te tomo de la mano frente a tu casa oxidada, ni te llevo al olvido de tu barrio de las afueras de esta ciudad. Yo no soy esa fotografía, ni un guión con tachaduras que nadie verá hasta que hayamos muerto. Yo no soy la reina de nadie, ni la princesa Cinderella, ni un hotel de Las Vegas con cama de agua donde casarme tres noches seguidas, con tres muñecos sabelotodo. Yo no tengo una casa en Roma, ni huyo a caballo en una película rodeada de mansiones verdes. Yo no sé cantar, ni sobrevivir a una guerra, yo no sé vacunar a 100 niños de Somalia ni ver cómo se mueren mis hijos. Sin embargo tú, estúpido, prefieres acostarte con Gilda y te levantas conmigo. Tú, insoportable domador de mi ego, te levantas teniendo en la mano el cuerpo que inventé para el imán, y todavía me parece ternura eso que haces, muchacho inoportuno, cuando desnudas a esta niña con las uñas pintadas. Yo no soy Audrey Hepburn, no soy la funny face, la sonrisa perfecta, la alquimia, el verano, la felicidad, la musa de ningún perfume, ni hablo francés, ni me casaré nunca, pero he logrado amarte antes de mi boca. Y créeme que cuando por un escaso minuto la tibieza de ese amor recorta ciertas fotografías de su marco, cuando logro desdisfrazarme, interrumpir el dramatismo del cristal roto. Cuando me entrego a la escena de salir de mí, si supieras que sí, estúpido. Si supieras, si supieras quién soy". [ Aplausos ] >> Julio Cuevas: Buenas, yo soy Julio Cuevas, y con el permiso de ustedes, antes de leer dos poemas, yo quiero condecorar a ese vasallo -- dice él que es vasallo, que para nosotros es el gran Rei, y lo quiero condecorar por sus 27 años en esta hazaña de héroes. [ Aplausos ] Estamos entregando el escudo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo -- [ Aplausos ] Le estoy entregando estos libros, que realmente no son los mejores, pero con todo el amor. >> Rei Berroa: Eso que está en nombre de todos, no me puedo creer que me estás dando esto. >> Julio Cuevas: Sí. >> Rei Berroa: Que esta Universidad de Santo Domingo, que es la primera universidad del continente -- >> Julio Cuevas: Del continente. >> Rei Berroa: Desde 1523. Yo no ando diciendo, "en los años 1500". Las cosas comienzan en un momento, y hay que recordarlas. Yo no pude estudiar en la UASD porque me fui muy joven de mi casa, luego me fui de la República Dominicana y siempre pensé, "qué cosa, yo, dominicano, no estudié en la universidad más importante del país por su historia, y ahora resulta que recibo esta condecoración de la cual -- >> Julio Cuevas: Este es un vasallo >> Rei Berroa: Muchas gracias. [ Aplausos ] Muchas gracias. Yo nací en Neiva, es un pueblo del sur. Un pueblo donde se distingue por las uvas, el vino. Por lo tanto, yo soy un hombre uva. República Dominicana, perfecto. Sí, gracias, Rei. Les voy a leer dos poemas, el primero se titula "Entre islas y huracanes". "Repícame el tambor sobre el viento. Suénalo, hasta que se embriague mi voz y florezcan auroras en mi pecho. Yo nací sobre estos arpegios, y vivo entre rumor y la cábala. Soy tronco y raíz de profundo caribe, y aquí he sembrado mis palabras, mis cadencias, mis sueños de mirras, mis pregones, rebuscando al incienso, en la utopía de los códigos de Cacibajagua. Repícame el tambor sobre el viento. Suénalos. Deja que la música de tus nísperos florezca en mi lengua, hasta poblar de amaneceres los horizontes del recuerdo. Suénalo, tamboréame la vida. Sacia de ritmo y fuego mis deseos, tamboréame, no mates de silencio mis retornos. Haz tuyo este lenguaje de sol que abraza mi tierra. ¿No ves morir estos, tus cantos montoneros? Desde hoy, tú y yo somos el nosotros del trópico. Ven, abrázame, pitonisa de mis memoriales. Ven, tongonéame mis sentidos y levantemos los pendones de amor, de esta patria de clamores. De arcoíris y guayacanes, repícame el tambor sobre el viento, suénalo. Ven, abrázame, tamboréame, pitonisa de mis memoriales, y poblemos de eternidad estos ritmos que se ovulan y crecen entre islas y huracanes". [ Aplausos ] Muy amables. Y por último, "Nosotros". "Nosotros somos un trozo de tambora y güira, renaciendo a lo largo del trópico. Somos entera picardía bebiendo un jarro de tizana, en el desayuno chocolatero, en el engibe del velorio, nosotros somos temblorosa historia de tiranos, burócratas y aventureros, políticos de frágil careta, somos eso, cuando nos dejan ser. Humor del dominó casero, un poco agonía, broma y jolgorio, pregón del triciclo, cliente o marchante. Prestamista y panadero, nosotros somos verticales edificios, madrugadas calles de mendigos, sequía, insomnio y lluvia. ¿Por qué negarlo? Somos mitad acordeón y atabales. Sazonada mangulina y ardiente merengue. Somos toda una vaina, toda una cosa, todo bullicio, todo carabiné, todo caramba. Somos eso, maestro, agricultor, inquilino y quinielero". "Somos casucha, barracón y curanderos. Somos tala de árboles, bronca invasión de terrenos. Sí, ¿por qué negarlo? Con sol caribe en el verbo, con llanto de siglo en las manos, somos eso, hombre chivo, hombre culebro, compadreo y subsistencia. Con agua bendita para el ensalmo, somos eso, un poco católico, un poco protestante, un poco cristiano, somos un poco África y España, un sincretismo de huellas y abecedarios. Somos eso, búsqueda del origen y la independencia. ¿Por qué negarlo? Nosotros somos eso, dominicanos". [ Aplausos ] >> Marcela Duque: Bueno, mi nombre es Marcela Duque y soy de Colombia, y también quería agradecerle a Rei, por supuesto, por congregarnos aquí y liderar este evento tan estupendo y por esa pasión, por la poesía que es tan inspiradora y nos une muchísimo más. Y por supuesto, también a la Biblioteca del Congreso por tenernos aquí y permitirnos leer aquí que es todo un honor, por supuesto. Bueno, voy a leer. Marcela Duque, de Colombia, lo que le dije al principio, OK. Y el micrófono, no sé si toque empinar un poco [risas]. OK. Bueno, voy a empezar con una poética que tiene un epígrafe de Novales que dice así, "la filosofía no es más que nostalgia, el anhelo de estar en casa, en todo sitio". "Quiero volver a casa, a esa que conozco y que no he visto, en la que nunca he estado, pero es mía. Que extraño como no he extrañado a nadie, que veo en las personas en el metro, en la lluvia o en la luna llena de suspiros. Y en el sol cuando entra roto en mi ventana. En la luz de mi vecino a medianoche, en el tedio de Facebook y de Twitter. Me pareciera ir de camino a casa a veces, en las buenas conversaciones con amigos, pero siempre están de paso, peregrinos. Y me encuentro en tierra extraña, nuevamente. No es casa en ningún sitio, siempre es búsqueda. No sé bien qué es casa, más no es esto, pero sé que es verdad porque la extraño, y que aún no está aquí porque aún duele. Quiero volver a casa algún día, por eso, mientras tanto, la poesía". [ Aplausos ] Parece una línea de Novales también esto se llama, "Introducción a la Filosofía". "Después de varios años en el oficio, de lidiar con clases, papers, conferencias, congresos, journals, traducciones, de responder con paciencia al para qué, de quienes no entienden si no es economía. Después de haber sobrevivido a entrevistas, pedir cartas de recomendación, redactar ensayos, que ratifican el título de un diploma, al fin hoy, después de todo, he sido bautizada en la filosofía. Los pájaros prepararon la liturgia, y un par de árboles apenas florecientes, entonaron su canto jubiloso. ¿Cómo no agradecerles esa dicha una mañana de lunes, cerca de la biblioteca? Mi mirada los buscaba entre las ramas. Sus trinos muy cercanos, ellos ausentes. Mi atención volcada en descubrir la extraña especie que cantaba tan feliz ante mi paso. Nunca supe quiénes fueron los testigos, qué pájaros apadrinaron el momento de mi choque frontal con la maceta. La caída estrepitosa de los libros no perturbó la melodía de los pájaros que ahora amenizaba mi bautismo. Me levanté confundida como el niño que llora tras el contacto con el agua, pero me acordé de Tales, el milesio, y al saberme bendecida por mi padre, pude irme en paz conmigo misma. Solo espero que una estudiante de Negocios me haya visto y se haya carcajeado en la distancia". [ Aplausos ] Y el último que voy a leer se titula "Quédate". "Quédate, ya se hace tarde, anochece. El crepúsculo viene sin estrellas, la penumbra va a ser impenetrable. En el camino abundan los ladrones. Se te nota en los ojos el cansancio. Estás lejos de casa y hace frío. Prendamos una hoguera complaciente. Hay leños abundantes en el sótano. Nuestra conversación no ha terminado. Ya se estaba poniendo interesante. Tenemos un buen vino en la bodega. Aún tienes que probar el pan que he hecho. ¿No ves lo que ha supuesto tu llegada? Arde mi corazón al escucharte. Te quiero para siempre aquí en mi casa. Ya no sabré qué hacer cuando te marches. Quédate, por favor, que es noche oscura. Necesito la luz de tu mirada". Muchas gracias. [ Aplausos ] >> Rita Martín: Bueno, buenas tardes, y lo primero, dar las gracias a Rei Berroa nuevamente, el rey, y nosotros somos sus vasallos, por congregarnos y por esta experiencia tan bella que creo que va en esa continuidad de la expresión americana, ¿no? Yo, indisciplinadamente como los anteriores, con excepción de Marcela que es muy disciplinada, voy a leer dos. Y dos porque van a ser un poquito extensos. Y claro, mi nombre, Rita Martín de Cuba. Aunque voy viviendo en Estados Unidos hace ya unos añitos, ¿no? Pero seguimos siendo de Cuba. Y, de hecho, el primer poema que traigo para ustedes se llama así, "De Memoria y Olvido". "A veces hay que volver a releer cómo fuimos o cómo éramos, o cómo nos reconocíamos dioses en imágenes. Amor y rebeldía derrumbaban puertas, y aún en los brocados casalianos, mármoles y miradas, nos deteníamos. Hablábamos del tacto y del silencio, y de las tejas quebradas y de vagos resplandores, y de los tiempos idos y del viaje añorado sin nostalgia, sin ansiar regreso. No era la tierra blanda ni el mulo lento en el abismo, ni los imanes amparaban la charla, pero todo era ya memoria. La ciudad en ruina, mar pleno de balsas, como algas los cuerpos, enredados de memoria y olvido. A veces hay que volver a releer cómo fuimos o cómo éramos, o cómo nos reconocíamos dioses de la seducción, adolescentes altivos. Reclamando el ser de cada pecho. Allende el mar, la guerra, nos traía noticias en ataúdes envueltos en banderas tricolores, Etiopía, Angola, Sudáfrica, y no queríamos más héroes. Relojes desprendidos del tiempo, familias mutiladas. A veces hay que volver a releer cómo éramos, simples de sueños simples sin destinos. Nos hundíamos en los cráteres, en el sueño del no nato, en los fragmentos de un espejo acuchillado como el viento lacerante, las pisadas, las flores de la tarde o el asma del calor. Vivíamos rotos y desnudos en la orilla batiente. A algunos alcanzó la noticia, los ojos del amor o la risa del niño, pero solo nuestras piernas respondieron con humana indignidad, y se fueron a andar. A veces hay que volver a releer cómo éramos, cómo fuimos, o cómo nos reconocíamos, simples de sueños, simples sin destinos". [ Aplausos ] Y el segundo poema para abusar de esta congregación también es un poquito largo y por eso el segundo, no tres. Y nosotros todos somos caribeños, todos somos esta parte de sincretismo, de manera que esta es para Lola, mi bisabuela, cuyo gesto no cesa desde su muerte. Y Lola era una negra así chiquitica, muy bonita, y esa es mi bisabuela. "Último poema del ser y de lo otro". "Lo sé, esta que soy la inventé antes, en aquellos tiempos su cabeza era la ofrenda a algún dios desconocido. Un dios es otro invento y hasta un alivio para la pregunta eterna. Cómo responder a donde vamos o quiénes somos, yo y este mujer, hombre minúscala, minúsculo, que no sabe ser cosmos, fragmentada, fragmentado en partículas dúctiles, con las que comparte un sorbo de cerveza y dice, 'soy el terrible Billy The Kid, el asesino'. El que ahoga a su madre y espera el instante de sepultar a sus hijos para reírse de lastimarse. La vida dentro de la muerte de todos. Billy The Kid, ante el espejo, besa al hacedor de bombas, van unidos. Son la misma persona dividido en despojos, donde la sombra juega a ser día y la luz muere al cerrar los ojos. La sombra tapa los espejos, nadie recuerda el sabor del pan recién horneado que daba la vecina del pueblo para que la boca se nos hiciera agua. Pura agua cayendo en la casa, por la que generaciones anteriores dieron su amor y su sangre, mis abuelos. La abuela de mis abuelos lo decía, mientras rajaba la primera tabla y hacia los hijos. Siempre oí esta historia de una familia, cuya verdad es esta huida del lugar donde se mezclan las figuras. El retrato del amigo muerto y un aire de tan raro que danza con los espíritus al ritmo del tambor. Un gesto de cintura, un golpe más en la cadera y otro más". Uy, lo siento. Ay, lo siento mucho. Porque quedó -- quedó truncado, lo siento mucho. Bueno -- Pues, tengo que improvisar. Sencillamente aquí acaba diciendo que cómo al negro se le discrimina y se le segrega por sabio, y lo lamento mucho, no quedó impreso. Por eso nunca -- no, no, no, no, no, se supone que está aquí, pero ahora voy a estar nerviosa, ahora no va a aparecer [risas]. Ya no va a aparecer entonces, bien cortito para que nadie piense que fue totalmente así, y entonces, este es "paso lento en el abismo" que empezábamos con ese paso. "Y solo este espacio subrepticio, un regreso ínfimo, una necesidad al precipicio, no olvides darle luz al hijo por los siglos de los siglos". [ Aplausos ] >> Roxana Méndez: Hola, buenas tardes. Mi nombre es Roxana Méndez, yo soy de El Salvador. Estoy emocionada y agradecida con Rei, con Janet, con Suzanne, María, Carlos y en general con todos los que están trabajando en la Biblioteca del Congreso, en el Teatro de la Luna, a quienes felicito por ya cumplir 27 años. Qué impresionante, ese trabajo, y a la Casa de la Cultura de El Salvador, y a todos nuestros amigos poetas que nos acompañan. Estoy impresionada también, y conmovida con sus poemas. Voy a leer -- creo que también voy a leer solo dos porque el segundo es un poquito largo. El primero se llama "Desaparición". Y se lama así porque, bueno, lo voy a leer de este libro que se llama "La lluvia" de 1979, que es un año que marca el inicio de la guerra en El Salvador, y el inicio de mi vida también. Me tocó vivir toda mi infancia en la guerra, y en este poema hablo sobre cómo nos tuvimos que ir de la casa de mis abuelos en el oriente del país. Tuvimos que huir por una amenaza, y nos tuvimos que ir, los tuvimos que dejar para siempre. "Desaparición". "Desaparecimos antes de que el aroma de mi cabello recién lavado se volviera una huella. La luz de la mañana apenas se enteró. Al marcharnos, los nombres pronunciados por generaciones en aquella casa se apagaron un poco. Se diluyeron con nuestros propios nombres, entre la neblina que atravesamos al partir. No sé si fue junio o fue septiembre cuando no volvimos a ver atrás, como Lot y sus dos hijas. En ese entonces, la ciudad era también consumida por las llamas. En el camino fuimos solo siluetas, como sombras en las olas, escabulléndose en una tempestad, dejando algo de nosotros en el agua. Partimos ese día y no fuimos los mismos desde entonces". [ Aplausos ] Gracias. "El instante, la vida". "He tenido una buena vida. Una guerra de diez años y tres terremotos que echaron abajo la ciudad y cumplieron la profecía de la abuela, quien meses antes nos había anunciado la destrucción terrible, con una voz que era la misma con la que nos contaba los dulces cuentos donde todo era del color de las avellanas secas. Pero he tenido una buena vida, apacible, sentada a la mesa en el patio, o escondida entre los sacos de maíz a la espera de que las detonaciones cesaran, de que las voces cesaran, protegida en la oscuridad, donde el mosquito era un murmullo que me hacía dormir. El mosquito, cuya picadura no causaba la muerte. Pero he tenido una vida buena, un amor verdadero y brillante, como oro que ha adquirido la forma de un broche. Un búho de grandes ojos blancos, prendidos siempre bajo mi blusa. Y por ello, una gota de sangre es lo que queda del pasado. Una gota, suspendida como un planeta frío. Pero he tenido una buena vida, una vida donde la guerra y el amor han durado los mismos años. Una donde la muerte me ha visitado poco, y donde he visto el mundo, y he escuchado el sonido de las grandes aguas y los enormes valles, donde los cascos del caballo criollo y el venado me muestran su extraña diferencia. He visto y olvidado lo que he visto, y he vuelto a asombrarme con lo que había sido asombro una vez. No me quejo. Las aguas siguen abrazando mis pies, aferradas, con toda su tibieza, a la brevedad que poseo". [ Aplausos ] >> Benito del Pliego. Hola. Yo no sé quién soy pero me llamo Benito del Pliego. Y estoy muy agradecido. Tampoco tengo muy claro de dónde soy, pero sí sé que mis padres son manchegos y que yo llegué a las Américas por la loca fantasía de Juan Larrea, por el ánimo de la aventura, y de que en las Américas me encontré también en Estados Unidos, con una larga comunidad que comparte la lengua en la que ponemos en común nuestras diferencias. Voy a dedicar la lectura de estos tres poemas a los que persisten ante la adversidad y especialmente a aquellos que se mueven, que migran. Tres poemas. "Queríamos que quedase algo de nosotros. Queríamos que nos tomase aparte, que nos dijese, 'sí, tu nombre no es en vano, tu nombre es una lápida en el tiempo, tu afán te salva, fama, tú, permanecerás. Tú escribe'. Déjanos saber lo que has sufrido, lo que has cedido, lo que ya no queda de ti. Queríamos saber que de nosotros quedaba un algo, queríamos saber que alguien, algún día abriría la botella y allí nos encontrará ausentes, hallazgos, llagas del yo. Pero yo ya ido pero ego que ya fue. Queríamos que algo nuestro permaneciese, así fuera enterrado como nuestros propios huesos, pero más allá, pero inscritos de algún modo, mapas más que nosotros son esa desposesión esa, destitución que nos da nombre. Esa señal que fuera afuera. Queríamos que alguna nada quedase, queríamos dejar trazo de este destrozo, de este tráfago de fango. Queríamos que alguna letra nos lastrara, queríamos que algún adiós, que algún grano, que un garabato, que un después, una persona. Queríamos que una persona, luego queríamos que alguien, alguno, alguna otra cosa nos sacase de aquí, de esta muerte asegurada, a cada instante. Ya nada va a quedar de lo que retirarte, si se aflojás ahora. Ahorrátela, te digo, aguantátela que hay tela por rasgar, y te la van a dar. Te la tienen jurada, si decides no jugar, te sacarán el jugo. Los lamparones te chuparán, te parará la pérdida. Aunque no sea más que por decir, no lo vais a poder negar, no vais a poder decir que no, que vos no, que estabais solo y no hubo nadie mejor que no, pero que no, Luis, no les des gusto. Hay que seguir. Que les remuerda la memoria, que les coma la carcoma, desdibujémosles la brújula, y que el abuso les debase. Hay que aguantar, hay que seguir, y así, y así, pero ni un paso atrás. Más batallar, más caña dar, más tela que cortar. Mucho telar, no te dejes enterrar". [ Aplausos ] Y cierro con un poema que lleva por título "SB 1070", SB 1070 es la cabecera de una legislación antiinmigrante que se aprobó en Arizona en 2010. "Se van a radicar. Se van. Se radican en Arizona, pero no tienen zona qué avizorar. Se erizan, y sin raíz, se trizan. No se van a retirar, se van a reiterar, se van a izar. Los radicales, los ridiculizan, los radicales los quieren erradicar, pero ellas van, pero ellas van. Por Arizona, hacia Arizona, entre Arizona. Aunque no quede zona en la que aterrizar". [ Aplausos ] >> Jesús Rito: Hola, buenas tardes. Mi nombre es Jesús Rito García. Soy mexicano, del sur de México, de Oaxaca, aunque es una mezcla un poco extraña porque nací porque mis padres fueron migrantes, por el trabajo, nací en el norte de México, en una isla que se llama Isla de Cedros. Gente que se dedica a extraer langosta, abulón, pero mis padres son originarios de Tehuantepec, Oaxaca. Gente de una cultura indígena que es el Zapoteco entonces, yo soy una mezcla del norte y del sur de México. Soy oaxacaliforniano, así nos decimos. Entonces, pensaba en qué leer en esta gran tarde, que bueno, quiero dedicarle esta lectura a mi hijo, Sebastián, que es alguien que tengo siempre en mente, y pensaba en agradecer con un poema, principalmente a la poesía, que ayer que platicaba con el maestro Rei, es la que me ha llevado a muchos lugares. Por la poesía algún día quise ir a Portugal a ver dónde vivía Fernando Pessoa, por la poesía quise ir un día a Santiago de Chuco, al Perú, donde había nacido César Vallejo, por la poesía un día llegué a Manhattan leyendo un libro de Walt Whitman. Entonces, la poesía me ha llevado por muchos lugares. Entonces, antes que hablarles de mi poesía, quiero leerles este poema que está dedicado a la poesía que me hace estar aquí realmente, escuchándolos a todos ustedes. "Hay un poeta como Manuel Antonio, el gallego, que sus versos huelen a salitre. Otros más, como Apollinaire, tienen el tufo de la locura. Los incomprendidos, casi todos, Mayakovsky o Baudelaire. Poetas hay muchos, porque un mundo sin poetas sería la tierra prometida, pero están ahí con sus palabras, para chamuscarnos el alma, para ponernos el pie a la entrada del paraíso. Hay poetas muy grandes que no caben en una sola mano. José Hierro, Almada Negreiros, Elizabeth Bishop, Anne Sexton, Carilda Oliver Labra, Pessoa, Vallejo, Augusto Dos Anjos, y muchos más que no recuerdo ahora. Pero no importa, quizás solo sea necesario voltear a verlos cuando nos hagan falta palabras. Palabras para decir cualquier cosa. Un vaso, la maceta, la ventana, ah, la ventana". [ Aplausos ] Que es un homenaje para ustedes, poetas, que en realidad es una gran felicidad estar. Y de ahí un poco de la poesía que estoy haciendo ahora. Bueno, este poema anterior está en un libro que se llama "Valle de los poetas" que me publicaron en Perú hace dos años. Esto es un libro que estoy planeando que se va a llamar "40 días en el desierto" que tiene que ver con esta historia de que estuve con mi hijo en el norte de México y entonces, escuchaba unas historias. Pasó hace dos días, precisamente, digamos, no se puede decir "conmemorar" pero pasaron diez años de una tragedia en el norte de México de una guardería en la que murieron muchos niños. Entonces, yo cuando estuve en el norte, sentí esa sensación extraña de este lugar, y me contaron la historia de un pueblo indígena que desapareció en el tiempo de la conquista, podríamos decir, un pueblo muy pequeño que se llamaba la cultura Eudebe, y de lo único que quedó de esa cultura pequeña era una traducción del Padre Nuestro del español al Eudebe, y es como lo único que se conoce de esta cultura. Entonces, junté estas dos tragedias en este poema. "Pulula en el aire del desierto un canto lejano en una lengua muerta, ABC, ABC, como una oración trunca fueron las primeras letras del abecedario olvidado. Del humo amargo de la muerte, del llanto negro de los padres. ABC, ABC, dice en mi imaginación ese canto Eudebe, triste y lejano. Se elevó la muerte tan alto, tan alto, y todos saben del dolor y todos tienen en sus venas la furia de ese potro salvaje que corre entre sus calles solitarias". "ABC, ABC, quise cantar en lengua Eudebe, a mi niño del desierto, y nadie más escuchó ni escuchará mi oración, pero allí está nuestro llanto, y el recuerdo que nos hace despertar con rabia y decimos con los dientes apretados, 'ABC, ACB' y confundimos todos. Yo estuve en la casa del dolor, ahí donde cuelga el retrato de una niña que ya no está, que no pude ver de frente por pena, por miedo, por rabia, ¿qué se yo? Ahora otros niños juegan alrededor de la mesa, y ella desde su marco de madera los observa y canta con ellos. ABC, ABC, 'sal conejo de tu madriguera', y ellos responden, 'el conejo no quiere salir de ahí'. ABC, ABC, repito la oración del pueblo Eudebe, que nadie recuerda, que nadie conoce y mi voz se pierde en el aire caliente del desierto, donde un día lloré por tantas almas juntos, juntas que no pude abrazar al mismo tiempo. ABC, ABC, canta mi corazón a la distancia". [ Aplausos ] Bueno, y actualmente vivo en la playa, en la zona costera de Oaxaca, entonces tengo otra vida con una cierta contemplación de estos momentos, y a veces me voy a trabajar a la playa, lamentablemente pero -- [risas]. Y un día tomando un grano de arena salió esto. "Lo mejor sería ser una roca y quedarse quieto infinitamente. Junto al mar o en lo alto de la montaña. Rodar hacia el fondo de cualquier cañada, una roca cuya dureza sea endeble para poderse fragmentar en cualquier momento, a golpe de ola, martillo, cincel. A golpe de taladro y dinamita. Una roca de acantilado ahí, fría, solemne, sosegada, cortando el vuelo de las gaviotas. Una roca junto al río llevada por las corrientes, con árboles y lodo que destruye casas y campos a su paso. Lo mejor sería ser una roca de desierto, fragmentada por millones de años de sol y silencio, y un día, como si nada, ser arena". Gracias. [ Aplausos ] >> Vanessa Núñez: Yo también vengo de la guerra. Mi nombre es Vanessa Núñez, soy salvadoreña, y también vimos cosas que no debimos haber visto y también supimos cosas que no debimos haber sabido. Para mí la literatura fue una forma, siempre una forma de catarsis. Siempre ha sido una forma de encontrar aquello que durante muchísimas décadas, por lo menos tres, cuatro, tuvimos que callar, porque era peligroso. Porque era peligroso declamar poesía, porque eso bastaba para que te mataran. Voy a leerles parte de la lírica que yo escribo para tratar de explicar estas cosas, y explicármelas. "En mi patria atardecía despacio, como si el negro se fuera regando sobre el cielo. Cientos de pericos cruzaban las líneas del techo de asbesto, de almendros, de mangos indios y de cocoteros. En El Salvador no había tierra qué desperdiciar. A veces, cuando llegaban los vientos de octubre, las nubes se disolvían despacio con la tarde. Los días parecían fundirse en las siluetas oscuras de algún guayabo o un enorme árbol de fuego. Yo sentí una nostalgia que no podía nombrar y me daban miedo los atardeceres que todo lo borran con su oscuridad de siglos. Entonces, los fantasmas volvían, se asomaban al presente, reclamaban nuestro olvido, y nos gritaban consignas que hoy pocos pueden comprender. Para mí, eso fue la guerra". [ Aplausos ] No se preocupen. Es que me agarraron por sorpresa, de verdad no me encontraba todavía. Dios santo. De verdad les juro que me agarraron por sorpresa. Y me pasa lo mismo que a ti, ya lo hubiera encontrado, tan fácil, pero ya cuando uno está con los nervios, ya está difícil la cosa. [ Aplausos ] Aquí está. Bueno. "Quiero volar sobre el lago de Coatepeque, surcar sus aguas desde el centro hasta su orilla, recorrer su ribera, llegar a la isla donde existen casas inmensas que antes, mucho antes no existían, remontar el Izalco, planear su cráter, recorrer su arena, rodear el Cerro Verde y mirar mi rostro reflejado en los vitrales que nunca vieron el volcán en erupción, y donde aún hoy día el silencio hace doler los oídos. Cruzo la ladera, las flores, el parque, que cuando niña me parecía inmenso y sus miradores hacia un país que no conozco. Llego al Amatepec, al que nadie llama por su nombre y por ello sigue furioso. El volcán de Santana, señora Santa Ana, señor San Joaquín, vuelo y remonto el vuelo, ¿quién tuviera dos alas? Huyo de esas nubes que han visto demasiadas sonrisas de dientes sin carne y cuencas vacías. Demasiados niños llevados por la fuerza, asesinados en combate o mutilados por minas que traicionaban sus juegos. Vete de aquí, a donde los alambres de púas no hablen, y los aviones no hagan temblar los cerros, sobre los que baten como zancudos de fuego, deshaciendo milpas, invocando inviernos sin agua y mares de marea roja. Huye de aquí, vuela donde los desplazados encuentren tierras para levantar sus ranchos, para tender la ropa lavada en ríos limpios, que no traigan sangre ni restos de cuerpo. Cruza los puentes ante de que los derriben, alza el vuelo, antes de que las trazadoras iluminen el cielo y las luces de bengala hagan caminar los árboles. Huye de todo, de tu patria en desgracia, pero sobre todo, huye de ti, porque aún no has tenido el valor para abrir los ojos". [ Aplausos ] >> Ario Salazar: Buenas tardes -- oh [risas]. Quedó mejor inclusive [risas]. Buenas tardes, mi nombre es Ario Salazar. Yo también vengo de El Salvador y quisiera comenzar agradeciendo a los organizadores de esta fiesta de la palabra. Yo he sido partícipe de la maratón de la poesía desde los gloriosos años '90s cuando vivía acá en el área metropolitana de Washington DC, y me siento muy honrado de estar aquí de vuelta. Ahora vivo al otro lado del país en el estado de Washington, y siempre para mí esto ha sido como mi segundo hogar. Porque aquí tuve, de alguna manera, mi segundo nacimiento, que era el despertar totalmente a una comunidad latinoamericana que estaba realmente metida en el arte, y que realmente creó muchos vehículos y avenidas para poder transitar esa parte existencial de nosotros. Y Rei Berroa ha estado ahí desde el principio. Con Rei hemos compartido en muchas ocasiones, en diferentes escenarios de estos tipos de encuentros. Le robé a Rei una palabra que él me regaló un libro cuando fuimos la última vez, creo que en Granada, en Nicaragua, y era su "antojología" [fonético]. Entonces, yo lo que hice fue, le robé dos cosas a Rei. Los poetas podemos ser piratas también, ¿no? Entonces, acúsame, acúsame en público. Entonces, la antojología de Rei tenía esta virtud de que tenía poemas que eran inéditos y también tenía un poema de la trayectoria de Rei, y me gustó mucho esa idea. De que empezaba con los poemas que ni siquiera habían sido editados. La ofrenda que traigo hoy día para ustedes son dos poemas y una advertencia. Ninguno de ellos ha sido publicado, el primero que se llama "Whitman sobre la hierba" y está inspirado en un poema de Borges que se llama "Browning resuelve ser poeta". Pues, por esta línea va este poema. Y tiene el epígrafe de Whitman que dice, "space and time, now I see it is true what I guessed, that I am a food with my vision". Y está dividido en dos partes. Dice, "uno, tomo un tramo de este día para hacerme partidario de la dicha. A despecho de todo, me empozo de felicidad bajo el cielo y límite. Recostado sobre la hierba, calculo mitologías y álgebras para cada nube que pasa. Firme y dulce suena el aire que tintinea entre las copas de los pinos. Una estrella de luz ha sonreído conmigo, no hay habitación en mi pecho para las penas y las congojas del ayer. Todo el sosiego del mundo confluye en mi cuerpo, por eso mi sangre es un galope que va arando sobre el piélago de este silencio sideral. No sé cómo explicármelo. Soy un nido sin lamentos ni párpados, cobijando galaxias y pardales. La noche es vasta y oscila y se tuerce para ser eterna con cada palmo del mirar. Es infinito este argumento que no me deja envejecer. Cada constelación me orea de pie a cabeza, tendido como estoy, sobre esta hierba ancestral. Hoy, que a pesar de todo, me hice discípulo de la felicidad". [ Aplausos ] Y aquí va la segunda parte. Dos, "si esta masa de lodo primigenio y septentrional que pulsa y respira al compás del planeta es capaz de vivir y soñar, si cada flor es como un estruendo sobre las cenizas de un pensamiento de Dios. Si cada burbuja de luz al fondo de una cañada es un mero reflejo de nuestra ilusión, es más, si cada mordedura de ingenio alumbra las márgenes de un río donde se ha bañado mi alma. Entonces, de la ubérrima savia mía, haré una interminable cascada. Una espiral, una seda dánica de honduras cargada de sinfonía y de almidón estival. Seré multitudinario y enumeraré el prodigio, el sortilegio, el botín de la maravilla, haciendo del sol, la luna y las estrellas el abrevadero de la alegría para toda criatura americana. Así es que todos sabrán que una noche una hoja de hierba salpicó de electricidad, de fuego y permutaciones a un tal Walt Whitman, guareciéndolo sin miedo, en la diáfana singladura de un canto universal". [ Aplausos ] El segundo poema está dedicado a -- yo tengo una niña de cuatro años con la que aprendo todos los días. Se llama Luna, y este poema surge un día que estábamos trabajando en el jardín y ella me hacía como 50.000 preguntas sobre todo lo que estaba pasando por allá. Entonces, este poema se llama "Trabajar jugando o jugando a trabajar", y tiene un epígrafe de un gran poeta salvadoreño que se llama Hugo Liendo y dice, "adivinad los ángeles que bailan en un pecho de niña". Y el poema dice así, "de hierro y roja es la pala de la niña. En sus manos maneja Dios los jirones de la inocencia. Es consabido, la amargura y la barbarie son defectos del adulto. La niña empuña una pala roja y de hierro bajo el cielo norte y primaveral. Con ella, desbroza el patio de sus zarzas y los hierbajos junto a la poza de hielo. Alegre, aún entre la escarcha rezagada de las últimas nieves de febrero, nada o casi nada saben la niña y su pala del árbol y del llano a perpetuidad, meditando bajo la lluvia. Sin crear asuntos, el muñeco hecho de pan jengibre cohabita con el dinosaurio, con el unicornio, con el centauro, los alebrijes y los pardales y el león en los infantiles meridianos de la niña. Nada, o casi nada sabe la niña y su pala de una república hecha de jocotes y de marañones, de zapotes rotos en el suelo, cremoso sustento, dulcísima república de Cihuahuet y su dominio. Hay un día para todos, sin cielo y sin infierno, un momento de oro sin ladrón y sin envidia, un paréntesis intocable y sacrosanto cuyo sol no muere. Ambrosía para siempre en halagar de la ternura. A pesar del cansancio y la fugacidad del instante, la niña con el ruido de su pala ha roto los relojes y el choque eléctrico de ese hierro contra el suelo me ofrece la razón del universo, a saber". [ Aplausos ] Voy a contar rapidito este poema con el que voy a terminar. Es un poema cortísimo. Son 14 líneas, pero el juego del poema está en que ya ven que en nuestros países, últimamente en Latinoamérica ha habido una tendencia muy grande a privatizarlo todo. Entonces, se privatizó la telefonía, se privatizó la electricidad -- bueno, se está tratando de privatizar el agua. Tengo un poema sobre eso que leeremos en otra ocasión. Entonces, se me ocurrió a mí, y ¿qué pasaría si a los empresarios también se les ocurre privatizar la poesía? Entonces, hice un poema, es un cuento en 14 líneas que es una puesta en escena de más o menos cómo sucedería esta conversación. Bueno, esto trata de ser alejandrino pero no rima. El poema se llama "Liróforos Napoleónicos". Y empieza y dice, '"no está en venta mi poesía', dijo un poeta a los empresarios de su país. 'Y decinos, '¿qué aporta al país uno solo de tus versos?' Inquirieron. 'Un mundo mejor, pletórico, sin abismos. Un rostro esplendente del país'. 'Por ello, te damos 24 horas, muchacho, para que aceptes nuestra oferta. Un millón de putas sin manjares a cambio de tu voz'. '¿Cuánto es eso?' Preguntó el liróforo. 'Lo que tú nos dictes', le respondieron. Después de la hora del ángelus, los empresarios recibían la firma con la que se privatizaba una poesía". Muchas gracias. [ Aplausos ] >> Rei Berroa: Yo creo que este es un buen inicio, esta es una buena forma de entrar en esta discusión. La forma en que vamos a llevar a cabo esta conversación es, yo voy a decir algo, simplemente para romper el hielo, pero siguiendo más o menos las voces que nos han llenado durante esta hora que hemos pasado, esta hora divina. Y luego me gustaría escuchar, independientemente de si son poetas o simplemente las personas que nos acompañan, me gustaría escuchar lo que tienen ustedes que decir sobre la poesía, sobre esta condición en la cual cada uno de nosotros vive. De hecho, quizás podríamos comenzar por aquí, no solamente a través de ese concepto de la privatización, que al final el poeta decide poner su firma y privatizar uno de los poetas. Pero cada uno de nosotros practica la poesía como una especie de hobbie. Hacemos otra cosa -- yo soy profesor en una universidad, y la universidad me paga por mis ideas. Eso en cierta manera nos hace a todos, en cierta manera, en cierto sentido, hay personas que venden su cuerpo, sí o no. Y a esas personas les damos un nombre. Nosotros vendemos nuestras ideas, y nos llamamos profesores [ Risas ] A ese poeta que vende su poesía, que pone su poesía a la privatización de aquellos que tienen el poder económico, ¿como qué nombre le daríamos? Cada uno de nosotros vive de la poesía, vive en la poesía y la poesía como algo inevitable de nuestra experiencia, pero también de la experiencia humana, porque nosotros sabemos que un mundo en el que no haya poetas se convierte simplemente en la república de Platón. Platón, el tipo este que se robó todas las ideas de su maestro, y que puso el nombre ahí Platón, en vez de decir "Sócrates", grabado, porque este chico, este muchacho era simplemente un luchador que llegó allí y que probablemente además todos se reían de él. De hecho, yo tengo un poema que es hasta divertido filosóficamente, que se llama -- que te envié a ti cuando nos conocimos, que se llama así, "el juicio de Sócrates pasado por la tele". Cada uno de nosotros vive la poesía como algo inevitable de la conciencia y de la condición humana. Y sin embargo, ninguno de nosotros vive de la poesía. Y me gustaría comenzar por ahí. Repito, esto es simplemente para romper el hielo. Lo que yo quiero es ponernos a hablar, pero [corte de audio] que venir aquí porque si no, las cámaras no van a captar, y la idea es que todos nosotros estemos en esta conversación. La poeta norteamericana Maya Angelou, en una entrevista para un programa de televisión indicaba que en Wake Forest University, donde ella enseñó, que le dieron un puesto para ir a enseñar después de haber leído ese famoso poema en la primera inauguración de Bill Clinton, se quejaba de que le dieron un puesto en Wake Forest University, un puesto de por vida. Y decía ella, "imagínense ustedes, es un regalo increíble, que incluso si yo estoy enferma y no puedo enseñar, incluso si yo me convierto en una persona senil, yo seguiría recibiendo mi salario". ¿En qué forma es eso una celebración de la poesía? ¿Alguien tiene alguna respuesta? ¿O alguien quiere iniciar nuestra conversación desde ahí? Sí. Tienen que venir aquí. Cada persona que quiera hablar tiene que hablar desde el micrófono por razones obvias, OK? >> Julio Cuevas: No soy Platón, soy Julio Cuevas, y creo, poeta, que usted ha iniciado con una gran trampa. Y es la trampa de la palabra. La trampa de la palabra porque a partir de esa base rítmica es que esa maestra logró obtener de por vida su existencia, valga la redundancia. Si no hubiese sido por la trampa de la palabra, ella no consigue ese homenaje. Eso que ella se ganó a partir de la lengua, desde la palabra. Y si ella no hubiese vivido de la palabra, en la palabra y para la palabra, hoy, mañana y siempre estuviese muerta, y por eso siempre tendrá vida. [ Aplausos ] >> Rei Berroa: Pensé que usted iba -- ¿no iba a decir algo? >> Ario Salazar: Pues, sí. Comenzamos con la república, ¿no? Platón condenó a la poesía en la república. Él no quería a la poesía en su república, porque la república de Platón iba a estar dirigida por filósofos. Entones, lo cual él básicamente estaba diciendo que la vida republicana, organizada, ordenada tendría que estar sostenida sobre Logos. Entonces, Logos era la racionalidad para él, y lo más irracional que le parecía a Platón de acuerdo -- que él inclusive escribía poéticamente, pero lo más irracional para él era la poesía, porque le parecía que rompía con el orden que él había creado con el Logos. El Logos era una cuestión bien cuadriculada, bien matemática, habían ideas que se correspondían con manifestaciones y avatares de esta idea acá en el plano material, y la poesía viene y rompe y habla de minotauros, y habla de centauros, cosas que realmente no correspondían. Porque Platón no podía decir, "¿dónde está el ideal del centauro o del minotauro?" Entonces, en esa perspectiva, lo de Maya Angelou entonces, representa, creo que la corona máxima de la poesía, porque dentro del esquema de la república se le reconoce realmente el lugar vital y las contribuciones al mismo tiempo que la poesía provee al mundo racional, porque siempre se oscila entre lo que es racional y lo que es irracional porque eso es lo que llevamos dentro. Entonces, la poesía une estos dos contrarios, y para mí es una maravilla que alguien en algún momento termine reconociendo que esa persona que tiene una voz distinta, tiene una mirada distinta, que tiene un ángulo distinto de ver la misma realidad que estamos viendo todos, sea celebrada de esta manera. Entonces, para mí es excelente. [ Aplausos ] >> Jesús Rito: Pues bueno, a mí también cuando me preguntan si vivo de la poesía, que hace dos días alguien que me fue a escuchar a una lectura me dijo, "¿y vives de esto?", yo le pregunté, "realmente sí", y me dice, "¿te pagan por cada poema?" "Pues no", pero mi lectura de la poesía me ha ayudado a ser tan versátil con el lenguaje que he podido hacer cosas como algún eslogan, y no he estado de lleno en la publicidad. He hecho discursos para funcionarios y no soy político. He hecho programas de radio, televisión, algunas cosas así, en las que me decían, "estudiaste comunicación, ¿podrías hacer allí el guión?" y yo, "no, pero sé hablar y sé usar el lenguaje" y entonces, me ponía a hacerlo. Entonces, no creo que sea absolutamente, digamos, por cada poema, que obviamente vender libros sí es una variante de eso, pero creo que el lenguaje nos ayuda a movernos muy fácilmente entre los seres humanos y a veces somos muy necesarios, creo. [ Aplausos ] >> Muchas gracias por todas las lecturas, fueron muy, muy lindas. Precisamente con respecto a lo que dijo usted y su pregunta en cuanto a la privatización de la poesía, creo que eso es lo que es marketing. Marketing es la privatización de la poesía. O sea, cuando dicen, "Just do it", Nike es propietario de "Just do it", y esas palabras y esa frase se fija, de cierta manera, de que ya no puede proliferar -- o sea, hay una idea de la proliferación de esa interpretación, pero en realidad la interpretación está fijada de parte de Nike y es para vender el producto, ¿no? Y eso pasa con Dawn. Ya el amanecer en inglés no es igual después del producto Dawn, ¿no? Así que creo que el marketing es la privatización de la poesía, y dado que estamos en un mundo tan globalizado, el marketing es cierta manera, hay cierto poder en eso, que escogemos rechazar. [ Aplausos ] >> Sí. >> Edilia Carreño: A todos ustedes muy buenas tardes. Mi nombre es Edilia Carreño. Dios me trajo a este lugar para deleitarme en mi frustración de mujer que no ha escrito toda la poesía pero que en este escenario y en este momento compartir con ese florecer de historia, de sentimiento que cada uno ha dejado expreso y se ha esforzado por traer lo mejor de sí y sacar un espejo radiante para mostrar su talento, para mostrar su cultura, su historia. Qué importa que venga de España o qué importa que sea República Dominicana o la historia de México, si en este bufet de la vida, en este momento nos encontramos en este coctel de poetas famosos, con los cuales no solamente la tecnología los puede poner en lo máximo de la altura, para vender sus obras, para hacer publicidad. Para sacar de aquí, de Washington DC, el mejor poema. De todos los hispanos, latinoamericanos, como le den el título, y en medio de tantos profesionales. Yo solo soy un ser humano que Dios me trajo, porque ayer estaba cumpliendo 71 años de vida y Dios me trajo, a este lugar. En lo que yo llamo "Diosidencia", plan de Dios, y a Él le doy gracias y a todos los invito para que en sus poemas, y desde lo más profundo de su corazón, eleven un poema de gratitud por Dios, por la vida y por este país. [ Aplausos ] >> Rosalina Benjamín: Bien. Yo recuerdo que hace un año estaba en Queens con unos estudiantes, gente jovencita que tiene la edad que yo solía tener, ay [risas]. Y estábamos hablándoles de los beneficios de la poesía y como sabrán, los jóvenes ahora les interesa también -- o sea, ¿cuál sería las puertas que te puede abrir la poesía en el campo económico, en el plano social y todo eso? Porque prácticamente ellos en Dominicana dicen, "yo veo que todos los poetas son unos arrancados", o sea, no tienen dinero. [ Risas ] No tienen dinero. Entonces, yo ahí, tratando de levantarle el ánimo a los poetas yo dije, "no, pero tenemos otros beneficios, por ejemplo" -- y yo sé que cada poeta aquí tendrá alguna historia que contar. Y yo les conté, "bueno, con mi primer libro de poesía yo gané un premio, yo tenía 32 años, nunca había visto tanto dinero junto, yo me gané 100.000 pesos de los de mi país", eso viene siendo como $3.500, algo así. Y wow, ya se imaginarán. El segundo libro fue el Sistema Nacional de Creadores Literarios, y por ese me dieron 120.000. Ellos lo pagaban cada dos meses, y el tercero, que no me lo quieren pagar -- ay ojalá que sea [risas], ahí lo dije, y esto va a salir, que lo sepa. Me lo tiene que pagar. Fueron $5.000. Aparte de todo eso, lo que uno vende. Por ejemplo, yo siempre le digo a los poetas, "no regalen sus libros, eso les costó trabajo", porque también hay que ver la poesía como un trabajo. Uno suda, uno también pierde sueño, le dedica tiempo, eso es un trabajo también. O sea, es placer pero es trabajo. Eso fue por esa parte, y yo vendo mis libros, yo los vendo. Hay gente que, tú sabes, en la emoción del momento uno siempre tiene gente que uno le regala los libros, y también con un objetivo. Por ejemplo, yo sé que yo le regalo mi libro a otro poeta, puede hacerme un comentario, puede hacerme una crítica, un señalamiento. Yo le doy mi libro a un profesor de universidad, puede darle promoción, ¿verdad? Pero también yo les dije de otros beneficios de la poesía y es que mi mamá siempre, cuando yo llegaba a la casa decía -- hay un meme por ahí que dice, "no vuelves a leer poesía porque aparte de que no te pagan, siempre llegas borracho" [ Risas ] Muchos dirían, "ay no, pero si no tomo ni una gota de alcohol". Pero en realidad cuando uno llega a la casa, uno llega con ese resplandor, con ese brillo de que la pasaste bien, porque la poesía te llena, y como leer tu propia poesía y que los demás -- ay, vamos a ser serios. A nosotros nos encanta que nos aplaudan. Entonces, uno llega como lleno. No es lo mismo que cuando te vas a un colmadón a beber cervezas, que tú llegas todo apalastrado y al otro día tienes resaca, la resaca de la poesía es alegría. Aparte de eso, cuando yo venía a este país, yo vine con una invitación a una feria del libro, y la cónsul lo que me preguntó fue, "oh entonces, ¿tú eres poeta? Pues dime un poema". [ Risas ] Lo que me abrió la puerta a Estados Unidos fue un poema y yo, "ay mi madre". Suerte que yo, chica previsiva, me había aprendido uno de memoria, y yo les dije, yo le dije, "hoy mi sangre es una puerta abierta a lo terrible. Algo brutal surge en las espaciosas jaulas de mis poros. ¿Quieres venir conmigo a alborotar el silencio de los buitres?" Y ella me dijo, "su visa ha sido aprobado". [ Risas ] >> Me estoy riendo todavía. Bueno, yo les digo, yo dejé mi trabajo y cuando les dije a mis padres que iba a trabajar en cosas parciales porque me iba a dedicar a escribir, la pregunta de mis padres, que lo tengo en un poema es, "¿de qué viven los poetas?" Entonces, "muchacha, déjate esas locuras". Pero yo lo que les voy a decir es que la poesía, algunos tal vez no nos da dinero, pero a mí me ha ahorrado muchísimo dinero. ¿Cómo? Me he evitado el psiquiatra [risas]. De verdad, o sea, mi vida y todo yo lo he resuelto a través de poesía, ya sea que la lea de otro o que la escriba. Y también y he ido a participar en lugares y veo como cuando un poeta está en una tertulia literaria, se acerca alguien que dice, "¿sabes qué? Yo viví esa guerra, a mí se me murió mi padre, a mí se me murió mi hijo". Entonces, la poesía salva. Vivimos en un mundo en que todo tiene un precio, en que estamos contabilizando cada centavo. Hay otras maneras de ganar. Se gana a través del alimento para el alma, se gana a través de ahorrar un psiquiatra, a través de que nos pongan a tomar pepas por ahí. Me siento mal, me leo un poema, no me tomo un Prozac, no tengo un tratamiento paliativo, o sea, me lleva a revisarme, a esculcarme por dentro qué es lo que me está pasando, qué está pasando en el mundo. Entonces, desde ese punto de vista yo creo que la poesía es curativa, te ahorra, y te hace reflexionar y es un mundo mejor. Entonces, ganas. Ganas, aunque no lo puedas contar en dólares. Es todo. [ Aplausos ] >> Rei Berroa: Creo que con esta reflexión de lo que ganamos, y todo lo que queda por decir, vamos a cerrar esta conversación, y voy a invitar a los poetas, porque nos quedan unos 15 minutos, voy a invitar a los poetas a leer un poema que no tenga más -- como nueve, que no tenga más de un minuto, un minuto y medio de extensión. Para cumplir con nuestro objetivo de 1:30p.m a 3:30p.m. [ Sonidos y conversación de fondo ] >> Rosalina Benjamín: Déjame buscar el más corto. [ Sonidos de fondo ] >> Sí. [ Sonidos de fondo ] Muy bien. No quería irme sin decirles esto. Este librito pequeñito, encantador es un proyecto que se llama "Poemas anti-canon" es realizado en República Dominicana por la poeta Lauristela Peña Solano y su amiga Michelle Ricardo. Es un proyecto independiente, solo para mujeres, para romper con el canon que solamente son importantes los que ellos consideran que son importantes. Y esta publicación es solo para mujeres, y les patrocina un hombre. Esos son los hombres que -- [risas]. También ellas están haciendo esto para mostrar esa otra voz que no dejan resurgir porque no es conveniente, y ellas recogen los escritos de las poetas y dicen cuáles valores anti-canon tiene cada poesía. En este yo tuve la suerte de ser una de las que salió en esta publicación y tengo cerca de diez poemas y este se llama "bajar la guardia". "¿Y por qué no he de ser mujer todo un domingo? Desde el insomnio del sol hasta un lindo par de sandalias nuevas. También he deseado un vestido blanco, he probado mis sonrisas al vecino, he bailado ante el espejo y caminado por el mercado sobre verduras aplastadas con el corazón y la cabeza en algún lugar entre las facturas sin pagar y las cacerolas hirvientes. Qué podría impedirme soñar de vez en cuando en blanco y rosa, o darle mis nostalgias a un pañuelo y suspirar. Yo también quise en su momento hornear galletas, tener un nombre melodioso, atarme el pelo y ver llorar a mis amigas un amor perdido". "¿Por qué no he de soltar la artillería y pasearme entre los rostros lentamente, con las manos enlazadas, almíbar en los ojos, como cualquier María veraniega? Besaré las cicatrices de esta calle de mis furias, y voy a disculparme con un pastel de cerezas. Meteré en un baúl mis técnicas de ataque, mis frases temerarias, mi lencería blindada y seré mujer hasta salirme de las filas". Gracias. [ Aplausos ] >> Sonia Betancourt: "La brújula en el vaso de ginebra". "Pongamos que la poesía fuera una mujer". "Pongamos que hay una barra de bar, larga y suave, que gime en ondas las veletas, anuncian viento del sur. Pongamos ancla en la rodaja de limón, tiburones y sirenas en la proa, la percusión de 100 vasos devorando la luna. Dos en su cárcel de piel condenados y convulsos juegan al territorio imposible de una partida de ajedrez. Los cuerpos con su pena aleatoria, el duelo y su conspiración en la alegría. Pongamos que la poesía uniera el modo en que la vida llega y se va. Que agitara una brújula y sus múltiples horizontes en tu vaso de ginebra, y te besara, lánguida y honda, hasta extraviarte de ti". "Sin saberlo, tú ves entonces, un puerto azul, una entraña de regresos, una fotografía inmóvil entre dos rosas. Ves la lengua, la infancia, los ojos del fingidor. El sabor vuelto sed, la sed vuelta mar salada y un corazón, ves el alma de un corazón que ha aprendido a nadar sin agua. Todo esto ves, hasta que se desvanece el velero en el aire de esa mujer. Se va y aparta a cámara lenta los suburbios que le dejaste en la boca. Cerradas las puertas y los espejos del bar se va sin testigos, oceánicas, salivosa, como el amor entre dos cuerpos vírgenes. Entonces, escribes con el vaso hueco entre las manos, que la belleza es una hora ignorada". Muchas gracias. [ Aplausos ] >> Julio Cuevas: "Epitafio para la tumba de Vallejo". "El dueño de esta tumba anda extraviado. Dijo que nació un día en que Dios estaba enfermo, grave. En sus bolsillos dormita un crucifijo. No tengan miedo, es comunista. Búsquenlo sin pena. Desayuna, cena, mata y siembra vidas con sus versos. Tengan cuidado, de su lengua brotan musicales primaveras. No pueden encarcelar su verbo, es poeta". [ Aplausos ] >> Marcela Duque: Este es un homenaje a Sócrates pero también a Platón. Quiero dejarlo -- su nombre en alto porque bueno, lo que sabemos de Sócrates es a través de Platón y esto está inspirado realmente es en un diálogo platónico, aunque habla de Sócrates. "Bello es el riesgo". "Aun hoy recordamos tu partida. Tu mirada apacible ante la muerte nos sigue acompañando en nuestro empeño de amar lo noble y bueno, la virtud, que tu vida nos hizo tan amable. 'El premio es bello y la esperanza grande', nos decías. ¿Cómo tener ya miedo? Hemos visto a otros tantos que han seguido tus pasos a esa vida inagotable, y han cantado como el cisne en su agonía. Con el alma henchida de entusiasmo, sin faltarles siquiera un gesto amable. Tu caricia en mi pelo no la olvido, para los que aún estamos en la brega". "He escuchado en su boca tus palabras, vale la pena el riesgo de creer que nos tomen por tontos ignorantes, por creer en el alma y sus moradas. Es bello el riesgo de creernos inmortales, de vivir en tensión hacia lo excelso, aun que nos falten pruebas y acudamos a la fe y a los cantos de los niños. Qué prueba más rotunda que tu vida, qué prueba más fehaciente que tu muerte. Así quiero morir, obedeciendo a un mandato perentorio de los dioses de honrar aquella música más grande que habría de llevarte a la condena. Componiendo poemas de alabanza, y mitos que aligeran la partida". "Que un buen vino reemplace la cicuta, para hacer la alivación como es debido, y recibir la muerte paladeando los múltiples placeres de la vida. Y mientras siga el tiempo a nuestro lado, seguimos meditando tu enseñanza, el secreto de la filosofía, hasta ser alma nuestra tus palabras y mantener tu herencia siempre viva. Tú que fuiste el mejor de los maestros, el más sabio y más justo de los hombres". [ Aplausos ] >> Rita Martín: Perdón, de nuevo un ángel para un final, por lo menos final [risas]. "Letters to the world". Una lluvia incesante, caminatas y un café rústico alivian el cansancio. El aire helado corre por las venas, pero en cualquier lugar hay pecados para el poeta. Emily Dickinson violenta la noche y sonríe de haber escrito palabras desde la soledad y el silencio. Whitman, junto a su negra etíope, acaricia el muchacho de Manhattan. Faulkner argumenta la incapacidad de Benyi para trabajar en un mercado. Dos Pasos culpa a los acreedores, Hemingway termina con su cráneo. Djuna Barnes convulsiona, Ana Mendieta cae desde un sexto piso, Arenas toma barbitúricos. Piri Tomas mutas religiones, Lennon muere a manos de un obseso. Dentro de la lluvia, un desconocido alienta ser". [ Aplausos ] >> Roxana Méndez: Voy a leer un poema de amor para terminar con algo un poco más alentador que lo que leí antes. "En el margen del cielo". "Como un día de invierno, dejado atrás pero aún mío, tu nombre yace en mis labios como un archipiélago sobre un mar rojo. Y cuando hablo cualquier idioma del mundo, mi aliento te roza como la luz más lenta del otoño cuando pule el contorno de las hojas. He visto demasiados occidentes. La jirafa y el león escucharon mi voz y volvieron a mirar. Mi sombra se estiró hasta alcanzar sus sombras, y nuestros ojos se encontraron en el centro de la sabana y del mundo, y en esos ojos míos también estaba tu imagen, tatuada en mi pupila como un relámpago en la oscuridad". "Toqué la piedra de 1.000 años, se sumergió mi pie bajo siete mares distintos, y aunque me fui, permanecí en el mismo sitio siempre, encerrada en el margen de ese cielo semejante a tus labios. Como un día de invierno o de verano, tu cuerpo, mi horizonte, el límite infinito de mis ojos cerrados". [ Aplausos ] >> Benito del Pliego: Me gustaría cerrar mi intervención leyendo -- son dos fábulas, son muy breves, no paso el minuto y medio. Con ellas doy cumplimiento a una promesa privada. Son dos fábulas en las que hablan los animales o los seres que se invocan en ellas, es la fábula del gato, y después para responder a mi visión de lo poético, la fábula del zapato, que está escrita pensando en Cesar Vallejo. La fábula del gato está dedicada a mi compañera Allison y a mi hija Carmen, y habla el gato. Dice, "la pupila que vio la sombra en la noche refleja en su galaxia el brillo de otros astros. La que atrapa un bosque desde la ventana y sueña el gorjeo del pájaro. No parpadea la efigie esmaltada de un gato. ¿De qué sirve ladrar a la luna? Hace falta no inmutarse para alcanzarla". Los zapatos -- [ Aplausos ] Hablan los zapatos. "Un hueco es un lugar y un zapato un hueco donde caben multitud de direcciones. El camino que atestiguo es hoy, lo desatestiguarás mañana, y pese a todo, tu puntera será el hito que oponga a tus talones. La boca misma es un zapato que se calza el vacío". [ Aplausos ] >> Jesús Rito: Bueno, este es dedicado a un poeta que se llama Vladimir Mayakovsky. "Algún día quise escribirte una carta, compañero Vladimir. Sí, a ti, quien hablaba a los obreros desde la Plaza Roja y nadie lo escuchaba. Mayakovsky era tu apellido y nadie te escuchaba porque los obreros iban a las fábricas y tú al café a charlar con los amigos". "Y nadie te escuchaba, Vladimir, o Mayakovsky. ¿Cómo quieres que te diga? Yo mismo soy una fábrica y si bien me faltan chimeneas, esto quiere decir que más coraje me cuesta hacerlo. Nadie te escuchaba, porque la fábrica estaba muy lejos y los cables transportaban mensajes más importantes que los tuyos. Y energía suficiente para iluminar las casas, cables, cables, cables. Los obreros no te escuchaban, ¿Vladimir, o Mayakovsky? Ya no importa cómo te decían. El tiempo ha pasado y solo te conozco en versos. Compañero, las juventudes comunistas no te escuchaban, y eso ahora vale puritita madre. Levanto el cráneo lleno de versos como una copa de vino en un brindis de sobremesa, pienso más y más a menudo sería poner el fin con la punta de una bala. Hoy mismo por si acaso, doy un concierto de despedida. Y nadie te escuchaba, Vladimir Mayakovsky, pendejo valiente, fábricas sin chimenea, o como quieran decirle al compañero". "Lilia Yuriev Navri no te escuchaba, o quizás sí, pero los obreros tenían hambre y los ductos de gas eran más importantes y nadie te escuchaba, compañero. Y nadie escuchó el estallido ese 14 de abril de 1930, Vladimir Mayakovsky ¿o cómo chingaos quiere que te diga? Lo siento, lo sentimos todos, y como dijiste en tus últimas palabras, 'el incidente está cerrado'". [ Aplausos ] >> Vanessa Núñez: A ver, que cuando no estoy nerviosa leo bien bonito [risas]. Para que no me agarren así de sorpresa. Yo vengo de un país donde la poesía ha sido importante, ha sido importante para vivir y ha sido importante para morir. Mi primer contacto con la poesía fue a los cinco años cuando se murió la bisabuela de mi papá, y estaba así en el ataúd, y me dijo -- yo llegué a ver a mi abuela que está muy orgullosa de mí porque era la única nieta que había sacado ojos verdes igual que ella [risas]. Y entonces, me puso a declamar "El Caracolito", que no me acuerdo ahora, lástima, porque sería bueno declamarlo. Y me puso a declamar "El Caracolito" con mi bisabuela ahí muerta, y yo dije, "esto está fantástico porque esta señora ya se murió y yo estoy haciendo la entrada aquí a mi" -- hoy sé que se llama "narcisismo" pero en aquel momento yo pensé que era como -- Eso dice mi psicóloga, mi psicoanalista, que ahí me hice narcisista. Pero la poesía también ha sido importante en nuestros países, porque la poesía ha hecho que muchas personas pierdan la vida. Que a muchas personas las torturen, que a muchas personas desaparezcan, y yo les voy a leer un fragmento lírico que escribí para Roque Dalton, para nuestro poeta nacional. Los que ya lo conozcan sabrán que Roque Dalton ha sido el poeta más importante de El Salvador, uno de los más importantes a nivel de Latinoamérica, y él fue asesinado, lastimosamente, por sus mismos compañeros de militancia política. El cuerpo no aparece, no sabemos a dónde fue enterrado. Hace dos días el nuevo presidente Nayib Bukele ordenó el despido del gobierno de una de las personas presuntamente o acusadas de su asesinato. Pero su poesía ha sido una de las cosas que nos ha cambiado la vida y que nos ha hecho que los salvadoreños seamos luchadores, cínicos como solo nosotros, guanacos hijos de la gran puta, como dice un poema de Roque Dalton maravilloso. Si no lo han leído -- no crean ustedes que aquí viene uno a decir malcriadeces, ¿pero cómo no? También se puede. Él nos dio licencia, nos dio licencia poética para convertir las malas palabras en nuestra poesía. Y este pequeño fragmento está dedicado precisamente a él. "Supe de él por los periódicos, y aunque la profesora de letras nunca mencionó su nombre, yo quise saber quién era. Mamá me dijo que lo habían matado por idealista. 'Cuando sepas que he muerto, no pronuncies mi nombre'. Creyó que podía cambiar el país con poesía, afirmó, y se metió a la guerrilla, pero ahí no lo querían para que hiciera poemas sino para que matara gente". "Al final, sus amigos lo acusaron de ser agente de la CIA y lo fusilaron. Nunca se ha sabido donde fue enterrado. Cuando sepas que he muerto, di sílabas extrañas, pronuncia 'flor', 'abeja', 'lágrima', 'pan', 'tormenta'. Esa noche en mi habitación pensé que si la poesía no había bastado para salvar aquel hombre entonces, no debía servir de nada". [ Aplausos ] >> Ario Salazar: Bueno, ya que me robaron la idea, al pirata que le roban las ideas, pues está bien, está bien. Lo acepto. Voy a cerrar con un poema que había escrito también en honor a Roque Dalton para este evento y se llama, es "El Salmo de Roque". Y dice, "en los afanes de mi mediodía, y a salvo ya de blasonar el arnés, busco asediar y medir las huellas de tu deslumbrante pedigrí. Aparición eres, matemática o filigrana con un trasmundo lúdico y jovial, donde apoyo y codifico mi vida. Es de admirar la conciencia con la que fuiste escuela, superando catástrofe y naufragios. Más aún porque tus poemas están cimbrados en la épica de la historia y de sus gentes. Y tu cuerpo legendario, queda claro que donde hay versos, no hay cabida para fantasmas. A pesar de las tribulaciones, con deleite aprecio el montículo sagrado en la levitación agreste de la patria, donde todavía silva la tolvanera formulada por el escarnio y el osario más insólito". "Trasunto de tu vida, oh implacable escrutador. Prometo evitar que no se pudran en el olvido tu forma de herir y de mirar, entrañable hermano mío. La flor heredada por tu sangre con mi garganta la restaño, la rehumedezco cuando busco acompañar las grandes emigraciones y canículas, de cualquier Don Quijote insurrecto, afiliado a tu porfía y a tus esperanzas". [ Aplausos ] >> Rei Berroa: Esto debería cerrar esta primera fase del 27 maratón de la poesía del Teatro de la Luna, pero como este año celebramos los 200 años del nacimiento de Walt Whitman el 31 de mayo, yo voy a cerrar este maravilloso, elevante, místicamente elevante encuentro. Poetas, si no fuera por ustedes, la vida sería un infierno, especialmente en el momento en que estamos viviendo ahora, en este país. Este es un fragmento solo de la sección del canto de "En hojas de hierba" que es el poema "Canto de mí mismo", y digo canto de mí mismo, aunque Borges tradujo "Canto a mí mismo" y quiso explicar -- no, son "of myself", no es "Canto a mí mismo", es "de mí mismo", no importa como lo veas. Amigo Borges, con todo el cariño y el respeto. "Yo soy Walt Whitman, un americano, aún sin terminar, un cosmos. Desordenadamente carnal y sensible. Como, bebo y procreo. Nada sentimental. Ni por encima de los hombres y las mujeres ni diferente a ellos". "No más modesto que inmodesto. El que a otro degrada, a mí me degrada, y todo cuanto se haga o se diga, al final vuelve a mí. No aceptaré nada para mí que los otros no puedan conseguir en los mismos términos, decirle esto a todos nuestros políticos. A través de mi resuenan voces largo tiempo enmudecidas, voces de interminables generaciones de esclavos, voces de prostitutas y de seres deformes, voces de enfermos y desesperados, de ladrones y enanos, voces de siglos de preparación y de acrecentamiento. Y de los hilos que ligan a las estrellas, y de los vientres y la savia paterna, y de los derechos de aquellos a los que otros pisotean. La cópula para mí no es más fétida que la muerte. Creo en la carne y en los apetitos". "Ver, escuchar, sentir, son milagros. Y cada parte y porción de mí es un milagro. Divino soy por dentro y por fuera, y santifico todo lo que toco o toca a mí. El olor de mis axilas es un aroma más fino que una oración, y esta cabeza mía vale más que las iglesias, las biblias o los credos. La palabra es la gemela de mi visión, pero es incapaz de medirse a sí misma. Siempre me incita y me dice sarcásticamente, 'Walt, si tantas cosas hay dentro de ti, ¿por qué no las compartes?' Este es el poeta del cual celebramos este año los 200 años, en Latinoamérica, en Estados Unidos, en Francia, en Alemania, en Rusia, en Japón, en China. Porque hay que recordar que tanto Poe, que murió mucho antes, como Whitman, no fueron celebrados originalmente en su país de origen. Tuvo que venir esa celebración, de Francia, de Italia, de España, del mundo latinoamericano, para que en este país se reconociera la voz de los poetas. Muchas gracias. [ Aplausos ]